miércoles, 26 de diciembre de 2007

Cerezo y el traje nuevo del Emperador


Cerezo tiene un equipo de fútbol y a todos les hace mucha gracia. En realidad, no posee el 100%, ni tan siquiera llega al 20%. Pero el club es suyo porque él es el emperador del Atlético de Madrid y lleva un traje nuevo.

El socio de Cerezo, el que se sienta a su lado en el palco (todo lo hace de lado, la verdad) maneja otro 72%. No se crean que se han hecho con el equipo gracias a los votos de los abonados, ni siquiera han tenido que empeñar su patrimonio o recurrir a unos inversores norteamericanos. No.

Una sentencia del Tribunal Supremo reconoce que la familia Gil se hizo con el paquete accionarial de forma fraudulenta, sin efectuar desembolso alguno. El delito de apropiación indebida fue declarado prescrito y pese a todo, pese a que los tribunales reconocieron que habían cometido un delito, estas dos personas siguen sentándose en el palco como si nada hubiera pasado. ¡Qué bonito es el traje nuevo del emperador!

A la prensa madrileña también le gusta alabar la nueva vestimenta. Tan rigurosos y objetivos con los desmanes de otros dirigentes del fútbol español, todo son parabienes para los dueños del Atleti.
Si hay una cuota de “minutos denuncia” que ésta sea para los Pitermans, Soleres o Villares, si hay unos renglones libres, mucho mejor recoger las declaraciones siembre “buenrollistas” de Cerezo. Si el equipo encadena dos buenos resultados seguidos, D. Enrique se descuelga diciendo que hay equipo para ganar la liga y que este Atleti tiene aspiraciones en todas las competiciones. Al día siguiente, Cerezo y su traje nuevo, son portada en la prensa.
Sus declaraciones son flor de un día, eso sí. Porque nadie le pregunta ya que fue de aquello de “o vendemos a Torres, o vendemos el Calderón” o que fue de aquel fichaje, hoy frustrado, que filtró a bombo y platillo.

Pero aún hay más, si al desayunar, el emperador se encuentra con unas letras que no le gustan en el diario no duda en levantar el teléfono. Cerezo tiene hilo directo con los directores de los principales medios de comunicación y puede afearles la conducta del redactor de turno que ha esbozado la sombra de una duda, que se ha mostrado disconforme con la gestión o que simplemente ha criticado la confección de la plantilla. Como por arte de magia, esas mismas páginas recogerán alabanzas imperiales unos días después. ¡Qué bonito es el traje nuevo del emperador!

El próximo 14 de enero, Cerezo y Gil Marín, tendrán que visitar el Juzgado 74 de Plaza Castilla. Allí, una jueza tendrá que decidir si prospera la demanda de un grupo de pequeños accionistas en el Juicio Ordinario de Impugnación de Acuerdos Societarios tomados en la Junta de Accionistas del Atlético de Madrid del mes de Junio de 2003.

En esa Junta, como se ha vuelto a hacer después, se aprobó una ampliación de capital con canje por deuda que aseguraba a los “propietarios” que en caso de tener que devolver sus acciones, éstas ya no representarían un porcentaje mayoritario. Buena estrategia.

Espero, señora, que sea valiente, que investigue y conozca la verdad. Hay un grupo de personas (unas 14 más o menos) que llevan un tiempo diciendo que el traje nuevo del emperador no es bonito, como dicen todos. Que está cosido con puntadas transparentes, con tejidos invisibles. Escúcheles, magistrada, el emperador está desnudo en el palco. No tiene traje nuevo. El Atleti… no es suyo.

domingo, 23 de diciembre de 2007

Y el gol que no pudimos evitar



El Atleti, que ayer era tercero y estaba en zona Champions, hoy es quinto y ha dormido en puesto UEFA.

El Atleti hoy es quinto porque si mira hacia arriba verá a los cuatro equipos que le han ganado esta temporada y si mira hacia abajo verá a equipos inferiores como Almería, Murcia, Recreativo o Mallorca, contra los que sólo ha podido empatar.

El Atleti hoy es quinto porque no supo ganarle al Madrid en el primer partido de liga, porque perdió inapelablemente en el Camp Nou, porque no dosificó su ventaja ante el Villarreal y porque ayer perdió ante el Espanyol, con coartada arbitral.

No me voy a entretener mucho en hablar hoy del árbitro (hay cosas que me producen mucho cansancio y hablar de los árbitros es una de ellas). Creo que las dos expulsiones son demasiado rigurosas y que con ellas el árbitro regaló el partido al contrario. Entre medias, para ser justos, también perjudica al Espanyol en otras dos jugadas clave.

Tras la expulsión de Agüero se rompió el partido, pero también es cierto que hasta ese momento el Atleti estaba siendo inoperante. Aún así, y con todo en contra, se puso por delante en el marcador en una jugada a balón parado. El del gol de la alegría frente a los griegos, Simao, repitió de falta para dejarnos soñar un poco más.

No fue posible. La épica no dio para más. Con el Espanyol volcado y con superioridad física y numérica sobre el césped, el Atleti sólo pudo apretar los dientes y contar los minutos que faltaban. De nada sirvió que el delegado del equipo mandase a los recogepelotas que se escondiesen tras la valla, como tampoco la mirada furibunda de Abiatti a un periodista que se le ocurrió facilitarle el balón. Tamudo empató ante la pasividad de un Eller que se frenaba para no tener que despejar.

A cinco minutos del final, Luís García hizo el gol de la victoria. Un gol que estaba cantado, que todos veíamos venir. Con un atlético entregado, resistiendo agónicamente, sólo los remates de Forlán, del gran Forlán, pudieron escribir otra historia heroica, con un final distinto. No fue así.

Pero como no he hablado mucho del árbitro, pese a todo lo que le insulté en la grada (que eso no cansa tanto) y me quedan unos cuantos renglones por rellenar, permítanme que les dé mi opinión sobre el "affaire" Maniche.

Hasta el momento sólo conocemos especulaciones que los medios nos cuentan para explicarnos porque Aguirre ya no cuenta con él. He oído de todo: desde su falta de compromiso, su negativa a viajar a Granada (aludió molestias en la rodilla para hacer pellas), las marchas nocturnas… etc. Estoy de acuerdo en que si el jugador se está borrando voluntariamente habrá que tomar medidas, pero creo que es de muy poca inteligencia hacerlo justo en este momento, cuando Motta no se ha recuperado de su lesión.

Con esto quiero decirles que prefiero a Maniche con resaca, a Maniche con el puntillo y a Maniche borracho perdido que a Cleber Santana (por favor, por favor, no se pierdan la entrevista que le hacen en la revista de humor que se entrega a la entrada del Estadio, en la que reconoce abiertamente que si no fuese futbolista sería profesor de Samba. Este es profesor de Samba en Brasil y acaban cambiando el Carnaval por la Procesión del Silencio, se lo digo yo). Por lo tanto, no me parece oportuno apartar ahora a Maniche del equipo. Un jugador que, además, este año, no lo estaba haciendo nada mal. Si luego a final de temporada o cuando la situación del equipo lo permita, quieres tomar medidas, será el momento para hacerlo.
En fin, señores, que el equipo muestra sus carencias y por ellas, o pese a ellas, estamos hoy quintos y hemos dormido en UEFA cuando ayer éramos terceros y estábamos en Zona Champions. Y pese a que felicitar las fiestas me cansa casi más que hablar de los árbitros, les deseo a todos ustedes que pasen unas buenas navidades, que no les manden muchos sms de esos tan tontos y repetidos, que beban y coman cual Maniche desatado.... Que el nuevo año les traiga menos robos arbitrales, menos patadas para el Kun y un Atleti campeón como, por historia y por ustedes, corresponde.

viernes, 21 de diciembre de 2007

El gol que marcamos todos



Sí señores, no iba vestida de corto, pero el gol del Atleti en el minuto 94 lo marqué yo de falta directa. Bueno, lo marqué yo, aunque también lo marcaron mi amigo Nacho, Juan Carlos, Tomás, Pepe, Paquito desde el Fondo Sur, María José en la lateral, los de la Peña de Patones pegaditos a la valla, la señora rubia de delante y todos los atléticos que a esa hora aguantábamos en la gélida y mojada grada del Calderón.

Lo marcamos nosotros y también Simao, que nos ayudó a meterlo, porque fue un gol de fe. Nadie dudó ayer de que ese disparo acabaría entre las mallas, nadie desconfió en ningún momento de que la victoria era nuestra. El Fondo Sur lo celebró desde el mismo momento en que el árbitro señalaba la falta al borde del área, muy cerca de esa línea borrada por la lluvia.

Permítanme que siga hablando del público, de los pocos que ayer nos dimos cita en nuestro estadio para recibir a unos griegos correosos y organizados que nos quisieron hacer la vida imposible. Ayer el estadio fue uno, una misma persona, animando. Animando más cuando el marcador se puso en contra, brindando un sentido homenaje a Antonio López (gracias, Frente Atlético), cantando una y otra vez el “yo te quiero Atleti” y empujando al equipo hacia la victoria como hacía tiempo que no se veía. Ayer volví a sentir de nuevo el orgullo de pertenencia, la alegría de ser del Atlet¡, la fortuna de estar rodeada de gente con el mismo sentimiento.

Vendrán otras noches europeas, pero creo que el partido de ayer, por la magia que encerró ese gol postrero, tan ajena a nuestros desenlaces acostumbrados, tardaré en olvidarlo mucho tiempo.
La victoria y la cabecera del grupo, sin embargo, no deben de enmascarar algunas de las cosas que ayer vivió el Atleti sobre el terreno de juego. Tanto sufrimiento tendrá que transformarse en lección aprendida, en moraleja para el futuro. Ante un equipo como el de ayer y tal y como estaba el terreno de juego, el equipo no puede empeñarse una y otra vez en jugar por el centro, en dar pasecitos horizontales, en retrasar el balón.

La segunda lección les tiene que decir que la intensidad y la velocidad hay que aplicarla desde el primer minuto hasta el último. Si el primer disparo a puerta llega en el segundo tiempo, algo está pasando y no es bueno.

En su haber tiene el Atleti que la defensa está mejor (salvo en el gol de los griegos, error de Antonio López que Ze Castro no sabe corregir), que se crece ante un resultado adverso y lo ya reseñado en otras crónicas, que hace valer en todo momento su derecho a ganar, a pensar sólo en la victoria.Aguirre, en mi opinión, acertó ayer. Consciente de que el empate no servía para nada, se la jugó con dos cambios de carácter ofensivo. Simao salió por Cléber Santana, que un día más demostró que no es jugador para el Atleti, y Reyes por el indolente Ze Castro.
Luis García ponía el empate en el marcador (me fui del campo convencida de que el gol lo había marcado Reyes), el árbitro mandaba al otro García a la ducha y el público ( los pocos que quedábamos) seguía con su copla. Y llegó ese gol de fe, ese gol de Simao, ese gol de todos nosotros... que ponía fin a la noche y principio a esta historia.

lunes, 17 de diciembre de 2007

Pocas cosas



A lo largo de su historia, la humanidad ha sido objeto de grandes afrentas, injusticias, masacres y holocaustos. Junto con las atrocidades cometidas por los nazis, por el Tribunal de la Inquisición o por el pirata Morgan, en los libros de historia debe figurar el gol que con la mano, hace ya dos años, metió el Kun Agüero en el mismo campo que ayer visitaba el Atleti.

La prensa se encargó de avivar el fuego previo al choque no fuera que a alguien se le hubiera podido olvidar tamaño “crimen”, la grada se encargó de dar el recibimiento oportuno al “villano” y el árbitro de hacer justicia con la memoria histórica.

Poco, muy poco tengo que contarles hoy. El Atleti empató a cero en Huelva y el resultado sabe a poco.

Pudo ganar el Atleti que tuvo más ocasiones. También pudo hacerlo el Recreativo, me dirán, pero esa defensa diezmada y que tan mal empezó la liga y un Abiatti cada vez más seguro bajo los palos se encargaron de desbaratar las pocas ocasiones del equipo local.

En el centro del campo añoré a Maniche. Ese que cuando está sobre el terreno de juego apenas sale en las crónicas y que ayer demostró, con su ausencia, que es pieza clave en el Atleti de esta temporada. Le eché de menos yo y Raúl García, su compañero habitual, y eso que Cleber Santana fue de menos a más y jugó mejor que en otros partidos. Cosa fácil, por cierto.

Maxi hizo de Maxi, un poco más gris. Protagonizó una de las jugadas de la jornada cuando cayó en el área, trabado por el portero. No pasaba nada, ahí estaba el uruguayo Forlán para recoger el balón y aprovechando la ley de la ventaja, marcar el primero de la noche. Eso pensamos todos, hasta los comentaristas de radio y televisión. Todos menos Dauden Ibáñez (sí, sí, el del derby) que consideró que Maxi se había tirado a la piscina y que la jugada quedaba invalidada.

El Kun, abroncado por la grada y acosado sobre el terreno de juego, dispuso de varias ocasiones que no pudo materializar. Algo que llevó a Aguirre a pensar que seguiría así hasta el final del partido y que le llevó a sustituirle, junto al portugués Simao, por Luis García y Reyes.

Sólo el Kun, o su socio de correrías, el inconmensurable Forlán podrían haber batido ayer a Sorrentino, pero Aguirre no lo estimó así y privó con sus cambios al Atleti de una de esas genialidades “resuelve partidos” y “suma tres puntos” a las que nos tienen acostumbrados nuestros delanteros.

Un punto que sabe a poco, porque esta vez la victoria también hubiera llevado un nombre propio en su dedicatoria: el de la hermana de Antonio López que fallecía el sábado tras una larga enfermedad. Ánimo Antonio, todos los atléticos estamos contigo. Ana, descansa en paz.

miércoles, 12 de diciembre de 2007

Aquel Atleti, aquel Granada de Lalo


Eduardo Gómez Lalo, llevó al Granada al Calderón en la copa tras “cargarse” al Villarreal y al Valencia en la que fue su última aventura en los banquillos. El Atleti había llenado los Cármenes quince días antes, llevándose la victoria y dejando la eliminatoria prácticamente sentenciada.

Aquel Granada C.F. jugaba de cine, como siempre han hecho sus equipos. De cine. Al margen de resultados, al margen de presidentes.

Durante estos días, previos al nuevo enfrentamiento con este otro Granada, me he acordado mucho de Lalo, el “viejo profesor” que me hizo ver el fútbol con otros ojos cuando yo empezaba en esto del periodismo y él ya estaba de vuelta de todo. Lalo, jugador del Oviedo, del Granada, del Murcia... era el fútbol reencarnado en un futbolista diferente, con una cualidad que años después popularizó en todo el mundo Johan Cruyff, su imparable cambio de ritmo. Reposado, de repente salía como una flecha, como un látigo, cuentan los que tuvieron la suerte de verle jugar.

Como entrenador, no traicionaba su ideario por nada ni por nadie. Lalo sólo sabía jugar al ataque, sólo sabía jugar a ganar. Ama el fútbol, a veces de forma enfermiza. Yo bendigo aquellas prácticas que cruzaron nuestros caminos en una fría sala de prensa de El Ejido.

Ayer, futblogeras tenía carta suya... para hablarnos de aquel partido, de su último enfrentamiento con el Atlético de Madrid.
“Con la noticia del enfrentamiento con el Granada, las peñas calladas – en su primer año en el infierno – se movilizaron y aparecieron por toda la provincia. Yo, ansioso por enfrentarme al Atleti, me acordaba de cosas que "Lobito" Hernández me contaba, especialmente, de Silva y Ben Barek.
Abellán y toda su parafernalia se desplazaba a Los Cármenes con el "Tirachinas". Con más éxito que un circo en la feria del Corpus. El club no paraba de recibir peticiones y quién les escribe, idem de idem. La cosa fue tan impresionante que dos días antes del encuentro se concertó con una empresa la colocación de más de 2.000 gradas supletorias y se consiguió en un tiempo récord.
Gratos recuerdos, pese a haber sido eliminados. No obstante, debo decir como disculpa que el Granada no lo hizo nada mal y que se encontró con algo inesperado, el portugués Dani que vino precedido de una gran fama, sacando el tarro de las esencias en las dos confrontaciones. Puedo decir, sin temor a equivocarme, que fue clave en la eliminatoria. Después se fue diluyendo dejando el club con más pena que gloria.
Hoy nuevamente vuelve el Atleti de Madrid a Granada, encuadrado en la liga y en la Copa, con una plantilla excepcional. Sin embargo, su rival es un equipo de Murcia que se ha venido aquí y se ha afincado en Motril. Es un asunto incómodo, no sé como calificarlo. Un infiel en la cruzada, un vecino no invitado. Cosas del fútbol de ahora. Inexplicables, como tantas otras.”

martes, 11 de diciembre de 2007

POSTAL DANESA, por María José Navarro

Querida Helena:

Te escribo esta postal desde Copenhague con la seguridad de que ocurrirá como ocurría cuando aún usábamos Correos. Que llegará tarde, cuando hayan pasado un montón de días, cuando ya no tenga gracia, y cuando el Atleti ya haya jugado otro partido y lo importante sea tu crónica.

El caso es que me han destrozado la maleta. Perdona por empezar por cuestiones tan particulares. En tres compañías aéreas, en tres, ni más ni menos, tengo estampada mi firma debajo de una reclamación. En la SAS y en la BA, aún tengo posibilidades de que me paguen la maleta. Incluso de que en la SAS me paguen lo que me costó la cámara digital que me han destrozado con la maleta y donde había inmortalizado a nuestros chicos. Pero no tengo ninguna esperanza con Hola. Sí, es que la compañía que monta los vuelos charter del Atleti se llama Hola. Aunque después, en el avión, ese Hola no se vea por ningún sitio y en Copenhague me vuelvan loca para localizar el vuelo y firmarme un papelito con la descripción de lo que era una maleta y una cámara o así.

El avión del Atleti lleva el escudo serigrafiado en los reposacabezas. Y en cuanto se mueve, suena el himno. Yo no tengo nada en contra del himno, todo lo contrario, pero en esa circunstancia, parece excesivo que suene. La gente se mira con cara de pudor. Porque suena un rato largo. Al final del pasillo aparece Cerezo y su tipito, y le encuentras todo el sentido a la megafonía.

Cerezo, de cerca, impresiona. Y deja olor a canción de Jorge Sepúlveda. A chocolate rancio. A armarito cerrado. A perfume Joya.
Gil Marín es mucho más alucinante. Me encantaría decirte que no juzgo al personal a la ligera, pero te mentiría. Me mola sacar conclusiones apresuradas con un simple vistazo. Bueno, pues este tío es, físicamente, tormentoso. No me extraña que le haya prescrito su delito en el Supremo, porque, con esa cara, los funcionarios no sabrían nunca qué mellizo ha venido a declarar.
Otra cosa distinta es García Pitarch. Tiene un sastre rockabilly. Qué pernera. Qué estrecheces. Qué punta en el zapato tan ideal para pinchar aceitunas. Ese es el tío que ha fichado a Fabiano Eller. Que es un señor que mira de reojo. Eller, digo. Sobre todo, si le vas a pedir que te firme para el blog de una periodista. Oye, si no quieres no firmes. Y me firma de perfil.

Tengo que decirte, querida, que lo mejor del viaje fue descubrir que Maniche es un señor encantador. Y tímido. Lleva un pasamontañas azul de aquellos que nos ponían nuestras madres a traición, pero en cuanto se pone colorado por lo que le dices no le tienes en cuenta esa moda tan arriesgada. Le conté lo nuestro con él. Que ya nos hemos perdonado haber confundido su pecho bajo con una barriga. Que le admiramos a pesar de que no tenemos mucha fe. O que tenemos fe, pero con la fe con la que se cree en el cielo. En cualquier caso, un hombre que se ruboriza es un hombre maravilloso.

Forlán, sin embargo, es perfecto. Pero no es maravilloso. Lee. Sí. Lee. Pero cuando atiende a los aficionados pone gesto aburrido. Y vuelve al libro. Y por primera vez le encontré ventajas a la incultura.

Motta no lee. Motta me enseñó la cicatriz en su rodilla y a mí me pareció el pespunte de un mantelito de té. Qué sinvergüenza es Motta. Y qué alto. Y qué gorro. Y qué bien mira. Y qué simpático es Pernía. No sabes cómo es Mariano de encantador. Y de irónico. Y de listo. Coincidí con él, otra vez, en un ascensor. Iba con Reyes. De Reyes no tengo nada nuevo que contarte, ni nada bueno. Lo mismo podría decirte de Cléber. Tan grande y tan insípido.

Insípido es, también, el Kun. Es un niño que dormita. Que se abstrae. Que no está. Duerme. Siempre. Todo el rato. Excepto en los partidos, duerme. No sale, no pasea, no aparece. No consta. Pero, aún así, firmó para ti. Maxi estaba a su lado, porque Maxi siempre está a su lado. No demasiado cerca, pero cerca. Maxi es el capitán y se lo ha ganado. Su trato con la gente es otro. Es la palabra justa, la broma justa, el tiempo justo.

Con Pablo hablé de la Feria de Albacete. El pueblo, ya sabes, une mucho. Con Luis García también hablé. A quién hay que matar para que juegues, le dije. Y a partir de ahí, miradas cómplices, y saludos amistosos. Bonita sonrisa, por cierto. Vuelve Motta. Y mira. Divinamente mira Motta. Y te atiende. Y te atiende como si tuviera toda la tarde libre.

“Qué pasa, calvo de mierda”. Es Reyes. Saludando a voces a Pernía. A Reyes le quité el papel antes de que te firmara. Chica, yo tengo mis principios. Las chicas del Atleti perdonamos a Maniche, pero no a Reyes. Come con la boca abierta. No te digo más. Y grita. Y a mí ya sólo me gustan los señores que se hacen una sopa de sobre, sí, de sobre, pero que no sorben.

Besos, amiga. Mj

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María José Navarro es periodista. Trabaja en la Cadena Cope y es columnista en el diario La Razón

domingo, 9 de diciembre de 2007

Tres puntos para Fernando


He pisado a una señora en el metro y se ha echado la mano al bolsillo. Ya abandonaba yo el vagón convencida de mi expulsión, cuando me he dado cuenta, que sacaba el último de Noah Gordon y no me hacía ni caso. El loco partido contra el Getafe había terminado minutos antes, pero la sensación de desconcierto me acompañaba hasta casa.

En ese momento, con el Depor adelantándose en el marcador, el Atleti iba segundo. Al final dormimos terceros y no sé a quién atribuirle los méritos.
Mérito tiene el equipo que rompe con la tradición de perder los partidos que tiene que ganar, pero lo hace de tal forma que salimos del estadio dando gracias por las increíbles carambolas que nos permiten disfrutar de la zona champions una semana más.

Ganó el Atleti un partido que pudo empatar, que pudo perder, que pudo meter más goles o salir goleado. La moneda cayó de cara, de nuevo, gracias a la puntería de Forlán y a la falta de ella de los azulones, ayer amarillos.

Como viene siendo habitual se adelantó el Atleti en el marcador y no supo que hacer con esa ventaja. Forlán ponía el uno a cero a pase de Simao. El Getafe, lejos de arrugarse, se fue hacia arriba y el Atleti, en vez de controlar el partido, se fue… hacia ninguna parte.

El partido estaba caliente, mucho. Maniche había hecho una entrada de esas que duelen hasta en el segundo anfiteatro y el Getafe hacía faltas con más frecuencia y facilidad que mi jefe echándome broncas. Y así llegó el surrealimo... primero Agüero, que instintivamente remataba con la mano (justa expulsión), después Litch derribando a Maxi (justa expulsión), más tarde el Pato que por no resignarse a un sombrero de su compatriota Maxi, sacaba la mano fuera del área y veía la segunda amarilla (justa expulsión) y cuando todo parecía ponerse de cara, con Contra, un lateral, bajo los palos y con superioridad numérica, Reyes protagonizaba la jugada incomprensible de la jornada y se autoexpulsaba con una entrada digna de sanción. De sanción de su equipo, digo, porque no hay derecho a esa falta tan dura y tan absurda y que tanto daño ha podido hacer a sus compañeros.

Menos mal que Abiatti llevaba ayer el disfraz de Lorenzo Rico para parar lo imparable, los disparos a bocajarro, los remates de cabeza y los “chuts” envenenados. Con el festival tarjetero del árbitro, el Getafe volcado y el Atleti despistadísimo y sin recursos, al cuarto árbitro no se le ocurre otra cosa que añadir siete minutos más de sufrimiento, como si hubiésemos tenido poco.

Y así se llegó al final, con más pena que gloria y con tres nuevos puntitos que nos mantienen en Champions y nos separan de la UEFA. Tres puntos importantes porque nos separan de nuestra leyenda de pupas. Tres puntos importantes porque nos permiten seguir soñando. Tres puntos importantes porque nos permiten dedicarle la victoria a Fernando Trapero, un seguidor rojiblanco que no podrá volver a disfrutar con los goles del Kun y de Forlán, porque unos asesinos malnacidos decidieron que no merecía vivir por ser Guardia Civil y le ejecutaron cobardemente. Que pena que no haya tarjeta roja para ellos, que les expulse de una vez por todas de nuestro mundo y que nos dejen vivir con libertad. Adios “Polilla”, descansa en paz.

jueves, 6 de diciembre de 2007

Rentabilizando el Abono Total


Perdonen la tardanza. He pasado media jornada intentando aclararme con la retransmisión de ayer y borrar todos los recuerdos en rojo y amarillo, los del otro partido.

Sergio Medina, de hecho, me ha pisado media crónica con su “coitus interruptus” (http://la-grada.blogspot.com/), porque eso fue ayer la retransmisión, un mal “polvo”. Es increíble que no podamos disfrutar de nuestro Atleti en Europa, cuando al Villarreal le estaban televisando en su canal autonómico.

En lo estrictamente deportivo, ya estamos en los dieciseisavos de final de la Copa de la UEFA. Y es buena noticia para este equipo que sigue dando buena imagen y mejorando, no tanto su juego, si no su estrategia. Importante que sepan dosificarse y rentabilizar un resultado favorable.

Es cierto que, acostumbrados a la lluvia de goles y ocasiones de las últimas semanas, el juego de ayer o el del pasado domingo puede parecer más rácano, pero es mucho más ordenado, racional y, en definitiva, efectivo. Mejora el Atleti en defensa, una jornada más. No están Perea, ni Seitaridis, pero Pablo recuerda al que fue, Pernía ha visitado al peluquero de Eller y asusta mucho más, con ese corte de “malote”, Antonio López se defiende en banda ajena y hasta el de la coleta (por cuarta jornada consecutiva), va asentándose, al igual que su look.

Otro que va a más es el portugués Simao. Ayer culminó con un nuevo gol una preciosa jugada con el Kun, que había iniciado Motta. Éste demostró, de nuevo, todo lo que puede aportar, en construcción de jugadas y ayudando a los defensas. Ojalá le respeten las lesiones, que por la mañana volvió a dar un susto a los que consideramos que puede ser clave en el Atleti de este año. También fue suyo el pase en profundidad a Agüero para que cogiese la moto, regatease al portero y marcase a portería vacía. No se confundan. Muchos de esos goles se fallan y acaban colgados en el “youtube” para regocijo de los hinchas rivales. El Kun lo metió. No marra.

El Copenhague, más equipo que el Aberdeen, tampoco comprometió a Abiatti excesivamente. El italiano cumplió bajo los palos y tendrá que seguir haciéndolo durante al menos siete partidos más, los que se va a pasar Leo Franco en el dique seco. Mención especial a una afición bulliciosa que no paró de animar a los suyos (supongo que el frío hace mucho) y a su “cover” del I don´t like mondays. (a nosotros sí nos gustan, cada vez más).

Y en definitiva, que estamos en 1/16 de final y lo del abono total y tal, no me ha salido tan mal. Lo pagué justo después de “la vuelta al cole” y ahora, que la carta de los Reyes Magos de mis hijas parece el inventario del Toys r´us, me vendrá bien para ir al fútbol gratis. Por mucho tiempo, espero. Que así Cerezo gana menos y el Atleti más.

domingo, 2 de diciembre de 2007

Permiso para pensar sólo en la victoria



A ver los amigos de las comparaciones odiosas si hoy siguen esgrimiendo la tabla clasificatoria de la temporada pasada. Si lo hiciesen verían que sólo un puesto nos separa, en la jornada 14, de aquel equipo de Luccin y Costinha, pero hoy ya nadie puede decir que este Atleti es más de lo mismo.

Y no pueden decirlo porque este Atleti cuenta con once jugadores que saltan al terreno de juego con permiso para pensar sólo en ganar. Lo hacen con florituras y filigranas (y también con errores fruto de ese juego ofensivo, claro) en el Calderón y con un juego más práctico, menos preciosista, fuera de su feudo.

Lo hacen, como ayer, ante un Betis, que no dudó en frenar con patadas a Reyes y a Agüero y que con más fe que técnica demostró sobre el campo que aunque en la liga española no hay Aberdeens, presenta pocos argumentos que inviten a pensar que no estará en segunda el próximo año.

Y estos partidos, en los que ese Atleti de la 06/07 regaló tantos puntos, hoy son para sumar tres, escalar posiciones y seguir mejorando.
Mejoró el Atleti en todas sus líneas: Con un Leo Franco seguro por arriba, protagonista con sus dos paradones en la única ocasión clara del rival y al que lo único que puedo reprocharle es que tarde tanto en sacar cuando los rivales acechan. Que sí que sus nervios son de acero, pero los míos no y en una de éstas acaba recogiendo el balón de la portería o acabo yo… con las existencias de tila del Carrefour.

Mejoró la defensa que aunque salió a tarjeta por barba, mantuvo la portería a cero y hasta Eller (tres semanas ya con el mismo peinado) estuvo fino y serio. El más flojo volvió a ser Antonio López que jugó en una banda que no era la suya y que, al final, supo mantenerse en el campo cuando todo parecía indicar que tomaría el camino de la ducha antes de tiempo.

El centro del campo sigue gustándome: con Maniche ofreciéndose, Raúl peleando (bien por su gol, que me devolvió al sillón tras cientos de metros recorridos por el pasillo) y con Motta muy bien de nuevo, dando pases de calidad y quitándole de las botas a Sobis el que hubiera sido el gol del empate. En las bandas Maxi, ayer algo más gris, y Reyes que luchó y lo intentó desde el primer minuto del partido.

Y arriba no mejoraron… pocas posibilidades tienen de hacerlo, ya que su tónica es la misma jornada tras jornada. Sin altibajos. Ayer Forlán y Agüero volvieron a demostrar que son como un matrimonio en régimen de gananciales, poco importa quien da el pase o quien lo remata, su Visa la tienen reventona. Contra el Betis fue el uruguayo el que mojó y el Kun el que se la puso para que lo hiciese.

Y eso fue todo, señores. El Atleti, repito, salió ayer con once jugadores que tienen permiso para pensar sólo en ganar y, aunque perdió fuelle en algunos momentos, se trajo a Madrid la victoria, el puesto en Champions y un optimismo que nos hace estudiar el calendario cercano ante Getafe, Huelva, Espanyol y A Coruña con ceja enarcada y una sonrisa.

miércoles, 28 de noviembre de 2007

Enhorabuena, has conocido a los casuals del Aberdeen. POR SERGIO CORTINA



Cuesta creerlo pero esta es la leyenda que ilustraba las tarjetitas de visita que dejaban los hinchas violentos del Aberdeen, los infames Aberdeen Soccer Casuals (ASC), hace unos cuantos años a los desgraciados rivales a los que les partían la cara.
Sacó esto a colación porque el próximo jueves el Atleti recibe justamente al Aberdeen y lo que, sobre la hierba, será a todas luces el esperado reencuentro de los colchoneros contra un laureado clásico de Europa, puede convertirse en un gran problema para la policía en los aledaños del Vicente Calderón.
El caso es que se esperan cerca de 3.000 escoceses sin entrada en Madrid y estos no serán precisamente como esos simpáticos bebedores de la Tartan Army que acompañan a la selección en sus desplazamientos.

Hablar de la historia de los Aberdeen Soccer Casuals es hacerlo de la génesis de un nuevo modo de entender el movimiento hooligan. Una moda que germinó en la Escocia de los primeros ochenta y contra todo pronóstico, no en Glasgow o Edimburgo sino justo donde nadie se lo esperaba, en la tranquila y costera Aberdeen. La ciudad pasó rápidamente de ser un apacible pueblo pesquero y textil a convertirse en la ciudad más próspera del país gracias al descubrimiento de petroleo en su costa. El codiciado oro negro , ya se sabe, trae puestos de trabajo y dinero inmediato y esas libras frescas cambiaron para siempre el aspecto de los hasta entonces, cabezas rapadas punk-styled al uso, hooligans del Aberdeen.

Ropa cara y marcas exclusivas llegaron al pueblo. Lacoste, Ellesse, o Levis sustituyeron a las bufandas, a las bomber y a los pantalones lavados con lejía en los armarios de los aficionados radicales que llenaban cada domingo las terraces del Pittodrie Stadium. Así nació el movimiento casual en Aberdeen, una tendencia que se extendió a las aficiones de medio mundo y que hoy en día tiene seguidores en las hinchadas de prácticamente todos los equipos. Zurrarse igual de fuerte pero vestidos con elegancia era la premisa de los ASC y de paso evitar las cada vez mayores medidas de seguridad de la policía escocesa mediante la técnica del camaleón. Esperemos que el jueves no la líen ni ellos ni los españoles.
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Sergio Cortina es autor del Blog http://www.lavidaendomingo.es/ . Su lectura es más que recomendable para cualquier amante del fútbol

lunes, 26 de noviembre de 2007

Dos Asambleas, Dos

El Domingo, qué casualidad, celebraron sus asambleas anuales dos grupos que aglutinan a mucha gente del Atleti. Tienen objetivos distintos y suelen mirarse con desconfianza pero, qué cosas, tienen en común mucho más de lo que ellos mismos imaginan.

Sus responsables reciben críticas de gente que no mueve ni un dedo, se llevan palos anónimos de tipos que suelen refugiarse tras un teclado y trabajan, mucho, por defender sus creencias. Por encima de todo les une su amor por el Atleti, cada uno a su manera.

A las once, puntual, comenzaba la asamblea de la Agrupación de Peñas del Atlético de Madrid en el Vicente Calderón, su casa. Sala llena, unas 150 personas y representantes de 43 peñas rojiblancas. Se rinden cuentas del trabajo realizado en el año, de los proyectos que se han quedado en la cuneta y de los pendientes de realizar. Se habla de los autobuses, de los desplazamientos, de los actos de hermandad entre peñas, de los aniversarios. Se da las gracias a toda la gente que ha hecho posible el proyecto, con su trabajo, con su dedicación, por cada minuto que han regalado.

Se insiste, una y otra vez, en que la asamblea es el foro adecuado para hablar, para pedir explicaciones y para expresarse. Los responsables de la Agrupación de Peñas recuerdan a los asistentes que están allí para escucharlos, que nacieron con el ánimo de unir y la celebración de esta reunión es tan sólo una prueba de ello.

Se preveía una Asamblea “movidita” pero las voces discordantes no llegan y la cita termina con el anuncio de la convocatoria de elecciones a finales de temporada, coincidiendo con el mandato estipulado en los Estatutos. Será el momento para que todos aquellos que no han estado conformes con esta gestión presenten una alternativa, para que todos los que se han llenado la boca con críticas e, incluso insultos personales y amenazas, demuestren su ilusión, sus ganas y sus ideas nuevas. Para que, si las Peñas así lo deciden, lleven a cabo su proyecto.

Lejos de allí, en un local del centro, se celebra la asamblea de la Asociación Señales de Humo. La gente llega en hora pero no se empieza hasta pasado un rato: el rato que tardan en saludarse, en presentarse, en recordar alguna anécdota, en preguntar por la familia y charlar un poco de fútbol. Se oyen apodos, y palmadas en las espaldas, y risas y algún grito de sorpresa. Algunos hace tiempo que no se ven, otros se ven a menudo. Algunos son jóvenes, otros ya no tanto. Predominan las canas, también hay muchas gafas; si alguien tenía la idea de que iba a ver a unos peligrosos hooligans pensaría que se había equivocado y se había metido en una asamblea de libreros. Pero es lo que tiene Internet, y la prensa, y los periodistas cuando quieren dar una imagen que no se corresponde con la realidad.

Empieza la asamblea y se habla de la actualidad de la asociación, de las cuentas y las cuotas y de lo que cuesta hacer frente a los gastos y de las mil y una maneras de ahorrar. Se habla de proyectos futuros, de editar libros relacionados con el Atleti, de organizar jornadas sobre su historia y su identidad. Se habla del estado de las demandas que ha interpuesto el Club contra la Asociación. El Club o más bien los dirigentes, posiblemente los únicos dirigentes del mundo que cargan contra sus propios aficionados por el simple hecho de defender su patrimonio. La rabia y el asombro de pasadas asambleas da paso a una sensación nueva, algo así como serenidad mechada de incredulidad, risa y resignación. En fin, es lo que tiene esta directiva, ya no les extraña nada.

Se pide moderación y respeto para los que no piensen igual, se hacen votos por controlar a aquellos que utilizan Internet para insultar a aquellos a los nunca se atreverían a insultar a la cara. Es curioso hablar de moderación entre gente tan moderada, pero se hace de todos modos. Saben que se ha ofrecido una imagen de ellos que no les corresponde, saben cual es la táctica de los que les quieren desautorizar y no quieren hacerles las cosas fáciles. Se oyen cosas tan cabales que da pena que no las escuche más gente.

Se habla de otros movimientos parecidos que empiezan a surgir en otros equipos españoles, en el Betis, en el Sevilla, en el Albacete, en el Zaragoza. También se habla del proyecto europeo de proteger a aquellos movimientos que intentan acercar los clubes a sus aficionados, separarlo de los intereses mercantiles, eliminar la corrupción que planea sobre ellos. Los ingleses lo tienen claro, en Bruselas van respondiendo, puede que haya esperanza. Los ojos brillan, parece que tanto trabajo tiene eco, hay más gente como ellos, no están solos. Alguien, por fin, parece entender que los clubes no son únicamente máquinas de hacer dinero para los que en los papeles figuran como propietarios, independientemente de que sean legítimos o no. Éstos olvidan y traicionan tradiciones y esencia, pero hasta los tecnócratas de la Comisión empiezan a hartarse de tanto cambio de horario y tanta camiseta indigna. Hay futuro o, al menos, eso parece.

Se habla de muchas cosas, pero en el fondo sólo se habla de una: del Atleti. El mismo Atleti que importa a otros, pero de otra forma. A ellos lo que les importa es el Atleti, pero el de verdad, el de siempre, no el sucedáneo que intentan colarnos los últimos años. El Atleti grande, el respetado, el que infundía admiración y miedo deportivo, también el excéntrico, el distinto, el único. El de sus padres, que no saben si será el mismo que vean sus hijos si las cosas siguen como últimamente y no cambia pronto la forma en que se lleva el club. Y por eso se reúnen en su tiempo libre a costa del tiempo con los suyos, por eso vienen desde todos los puntos de España y por eso invierten dinero y trabajo en intentar cambiar las cosas. Paradójicamente, unos pocos trabajan para que muchos que les ignoran, les atacan y hasta les ningunean, vuelvan a disfrutar con el equipo de todos, el mismo equipo que últimamente gestionan unos pocos como si sólo fuera suyo.

domingo, 25 de noviembre de 2007

Una de esas veces

¿Hacemos autocrítica o disfrutamos de la victoria? Déjenme unos renglones para lo primero que luego ya acabaré como el Atleti, con alegría.

Desde luego a quien se le cuente que hemos marcado 11 goles en los tres últimos partidos jugados en casa no se creerá que hemos pasado apuros ante los distintos rivales que nos han visitado. Pero sí, ese alarde goleador se ha visto empañado por los 10 golitos que ha tenido que recoger Leo Franco del fondo de la portería.

Los errores en defensa vuelven a ser protagonistas y sólo la fortuna impidió que ayer el Valladolid volviese a casa con algo más de equipaje. Pero ya saben que la suerte es esquiva y si contra el Sevilla y contra los pucelanos se puso de cara, contra el Villarreal nos tocó salir del campo con cara, también, pero de tontos. Lo peor de todo es que los errores no se solucionan y todos somos conscientes de que cualquier equipo, con muy poquito, puede hacernos mucho daño.

A punto estuvo de hacerlo ayer el Valladolid. Un equipo con un centro del campo apañado, que sabe abrir el juego por las bandas y que pierde menos balones de los que recupera. Nada más.

El primer gol de los nuestros llegó muy pronto (20 minutos antes de que empiece el partido hay que ir apurando los botellines, porque este año hay que entrar puntuales al campo, que los goles llegan, cuando no has terminado ni de saludar al vecino). Como el día del Sevilla, abrió el marcador Maniche. El portugués (si ese que nunca hace nada, que no ayuda en defensa, que sale por las noches, que está gordo y que no vale para el Atleti) se marcó un partido “cierra bocas” y fue con Maxi el mejor del equipo.

El empate llegaba poco antes del descanso en el primer gran fallo de la defensa, que dejaba libre de marca a Victor para que el uno a uno subiese al marcador. Pero no iba a ser el último, claro que no. En los primeros compases del segundo tiempo Ze Castro despeja sin fuerza para dar un pase de amigo que permite al Valladolid ponerse por delante.

Sólo las ansias de triunfo de este Atleti, que no se conforma con ningún resultado adverso, todo hay que decirlo, y la calidad individual de los atacantes (que lujazo es ver jugar a Agüero en este equipo) hacía pensar que la balanza podría inclinarse otra vez de nuestro lado. Y vaya si lo hizo. Maxi culmina una bonita jugada para volver a poner la X provisional en el casillero. Y lo hace dos veces seguidas el capitán, porque entre medias Sesma vuelve a desbordar a Valera y Ze Castro vuelve a dejar a Llorente más sólo que la una para que remate a placer.

Y a partir de ahí, el descontrol total… Aguirre, al que solemos acusar de conservador, mete a Forlán y saca a Ze Castro, pone a Raúl García de central y baja a Maxi al centro del campo. Para mayor desquicie, el desafortunado debut de Valera tras la lesión acaba en expulsión por doble tarjeta amarilla.

- “Pues si con cuatro defensas, nos han metido tres goles… ahora con dos nos va a caer la del pulpo”, dice el cenizo de atrás. Pero no. Jurado se coloca de lateral y hasta el Kun baja a defender y defiende.

Y cuando ya se ha ido medio campo y el otro firma el empate, qué cosas, llega la victoria. Inesperada, creo que inmerecida, pero que sabe a gloria, señores. Que gritos, que abrazos, que alegrón… Una victoria fruto de la suerte, pero también consecuencia de que el equipo no se conformó con el empate y buscó el gol en todo momento. Y cuando algo se busca, a veces se encuentra. Ayer fue una de esas veces.

jueves, 15 de noviembre de 2007

EL OTRO JUAN PABLO, por María José Navarro




Querida Helena:

No todas acaban mal. Verás. El abonado 2.941 del Atleti también se llama Juan Pablo. Una tarde del 92 me explicó en un balcón de Rosales que le gustaba el sur de la ciudad porque, por la noche, parecía Manhattan. Y te juro que yo vi Manhattan aquella noche y muchas noches más.
Juan Pablo se hizo atlético tarde. A los nueve años. Ya sabes que las chicas somos más precoces en todo, y lo mío fue a los siete, ya ves tú, y lo cuento siempre como la gran hazaña que merece la pena en mi vida. Todo lo demás, es una sandez.

El Juan Pablo de ésta historia se hizo atlético gracias a Leivinha y a un robo de balón del brasileño a Iríbar que le comenzó a cambiar los lunes en el colegio. En un colegio de la calle Padre Damián desde el que, durante trece años, contempló unas gradas que no eran las suyas. Y un lado de la M-30 que no le gustaba. Porque a él siempre le fascinó atravesarla.

Juan Pablo y yo nos hicimos amigos gracias al Atleti antes incluso de habernos visto. Suele pasar, no es novedad. Tú trabajas en una oficina de Morata de Tajuña y en tu empresa hay un tío que es del Atleti en Camargo y tú no paras hasta que a ese tío le has dicho que te tiene para lo que sea. Pues lo nuestro fue así. Cuando llegué a Madrid fue mi primer compañero. El primer amigo que necesita verte a deshoras, el primero que hizo que ésta ciudad mereciera la pena. El primero que se ofrecía para todo. El primero que hizo de su casa la mía. El primero para muchas cosas, y el último para otras. Excepto, durante un partido del Atleti. Se reseteaba. Se resetea, el tío, de hecho.

Una tarde de agosto del año pasado me llamó. Me sorprendió mucho ver su nombre en la pantalla. Hacía tanto tiempo. Tanto. Que te lo quiero contar. Verás, es que, con este marrón, te acuerdas sólo de la gente que ha sido importante. Que tengo un melanoma. Y un linfoma también. Y quiero que tú lo sepas, porque, aunque no hablamos, hago memoria y tú estás siempre ahí. Tú sigues siendo importante.

Le mandé libros durante la quimio. Y música también. Y un sms todos los días. Durante seis meses. Unas veces había respuesta. Y otras no. Pero no importaba. Yo me lo imaginaba en la cama, preguntando por el Atleti. Cuando acabó el tratamiento, nos vimos. En el barrio del antiguo Metropolitano nos vimos. Se le habían caído las uñas. Y le dolían las piernas. Pero a mí me pareció que era él el que me consolaba con su abrazo. En la revisión le vieron otra mancha. Y le dijeron que se había reproducido. Me llamó desde un tren volviendo de Pamplona y ese día fue el primero( sí, otra vez el primero) que no pude trabajar. Un error médico, mecagüen.

Hace solo unas semanas volví a ver su nombre en la pantalla de mi móvil. Oye, que, ahora que estoy bien del todo, incluso de la cabeza, quiero que sepas que te quiero muchísimo. Y me puse a llorar en el 37 como si me hubieran atracado. En todos los partidos del Calderón nos llamamos. Ahora, además, le pido que se levante. Y me haga gestos desde la otra punta del campo para saber que está ahí. ¿Por qué es tan malo Maniche?, me manda. Y yo adoro a Maniche. Juan Pablo está ahí.

P.D. Gracias, Hele. Me invitas a tu casa y tengo la sensación de dejarla perdida. Baja tú la tapa de la taza que a mí se me olvida. Un beso enorme. MJ Navarro.

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María José Navarro es periodista. Trabaja en la Cadena Cope y es columnista del Diario La Razón.

martes, 13 de noviembre de 2007

Juan Pablo

La historia que les cuento hoy habla poco de goles, remates o asistencias.
Sí, es una historia del equipo que nos late por dentro, pero sobre todo es una historia de amistad, de amistad mojada en el Atleti, forjada en nuestra grada, como tantas otras. De esta historia no esperen un final feliz. No lo tiene. Casi ningún final lo es.

Hoy les cuento la historia de Juan Pablo. Se lo presento con cuatro años, cuando su tía de Ávila se empeña en hacerle socio del Atleti, como a sus otros tres hermanos, como toda la familia. Un niño de barrio que crece yendo al fútbol los domingos, jugando, haciéndose mayor, que con 16 años ya empieza a salir con sus “colegas”, primero a la “Violeta” y luego a Malasaña, no podía ser de otra manera.

Les presento también al resto de integrantes de su pandilla, Paquito, Pepe “el Domínguez”, Juanjo “el polaco”, Jesús “el Feito”, Armando “el membrillo” y Luis Miguel “el Willy”. Con ellos empieza Juanpa a ir al fútbol en 1990. Mal estudiante, por aquella época se cambia al Colegio España donde coincide con los hermanos Punas, también del Atleti, como él, siempre a tope.
Y así se va escribiendo su historia. La de un chico más, que empieza a estudiar una carrera. Con música de Black Sabath, de Led Zepelling, de AC/DC..., con noches de marcha los sábados y goles los domingos.

Llega la final contra el Mallorca y Juan Pablo la disfruta como nadie, celebra ese gol de Alfredo como si le fuera la vida en ello. Vital y optimista, no quiere dar importancia a los cada vez más frecuentes dolores de cabeza, a que se le duerman las manos jugando al mus o a esa cojera cada vez más evidente y que achaca al fútbol.

Pero una noche, celebrando el final de la mili de su amigo Paquito se desploma y le tienen que ingresar. Pruebas y un diagnóstico demoledor. Un tumor cerebral maligno que operan inmediatamente pero que no pueden terminar de extirpar. Su esperanza de vida es corta, pese al tratamiento, pese a la quimioterapia... pero los médicos no tienen en cuenta una cosa: Juan Pablo no piensa morirse sin ver ganar la Liga a su Atleti del alma.

La recuperación de esa operación que le ha tocado puntos vitales es difícil y complicada, pero Juan Pablo se repone para celebrar en Neptuno, un año más, la victoria ante el eterno rival y el nuevo título de su equipo.
Los siguientes cinco años son la historia de una lucha contra el cáncer. Una lucha desigual en la que Juan Pablo batalla con la mejor de sus armas: sus ganas de vivir.
Si se tropieza y se cae, se levanta rápido con la mejor de sus sonrisas, como si nada hubiese pasado. Si alguien le pide su carnet para ir al fútbol le responde: “hazte socio, vikingo” y sus amigos se encargan de que no falte a ningún partido.

La temporada 95-96 es especialmente dura. Juan Pablo no puede ya subir las escaleras, pero sus amigos se lo echan a la espalda y le llevan a su localidad, camina con dificultad, le duele mucho la cabeza, y está prácticamente ciego. Pero eso no le impide disfrutar de cada una de las victorias de los Molina, Pantic, Caminero, Kiko..., cantando cada gol, aunque tengan que ser de nuevo los suyos los que le cuenten quien ha iniciado la jugada, cómo ha sido el regate y quien ha “mojado”. Pero el título no termina de concretarse y hasta tiene que llevarse el transistor a la Plaza Mayor, en medio de una "mascletá", por si su Atleti gana la liga en Tenerife.

Y así llega el último encuentro de liga, contra el Albacete. Carlos Peña se encarga de que toda la pandilla pueda ir a ese partido, pero en la puerta no les dejan pasar. Las entradas son de otras localidades... ¿cómo explicarle a ese portero con cara de circunstancias que han vivido mil partidos juntos?, ¿cómo contarle sus cinco años de lucha por ese partido, por esa tarde? Y se lo cuentan con lágrimas desesperadas hasta que les dejan pasar. Todos juntos.

Cuando marca el Cholo de cabeza todos buscan a Juan Pablo, todos le abrazan, todos lloran. Así celebran también el de Kiko, fundidos en un abrazo de felicidad, de lágrimas, de hermandad. El Atleti ha ganado la liga. La liga del Juanpa.
Todavía saca fuerzas para ir con sus hermanos a Zaragoza y cantar el gol de Pantic ante el Barcelona con la misma fuerza que aquel de Alfredo, unos años antes, antes de que todo empezase.

Juan Pablo fallece poco después, el 6 de febrero de 1997. Se ha salido con la suya. Ha visto al Atleti campeón de Liga y Copa, jugando la Champions. Ha ganado su batalla.
Sus amigos, aquellos que, destrozados, arrojaban sus insignias sobre su amigo el día de su entierro, todavía le recuerdan con mil y una anécdotas.Cada viaje, cada partido en el Calderón, cada gol es un recuerdo para él. A veces comentan lo “listo” que fue el Juanpa que sabiendo que iba a morir no espero a ver la travesía de su equipo en segunda, la sequía de juego, la pérdida de identidad. Juan Pablo se fue con aquel gran Atleti de orgullo, casta, coraje y corazón. Aquel Atleti que era como él. GRANDE.

domingo, 11 de noviembre de 2007

¿Por qué no te callas?

Sí. Soy más “bocazas” que Hugo Chávez. Cada vez que hablo sube el pan. Pongo cero a tres en la porra, en un alarde de confianza, y acabo pidiendo la hora. Contra el Almería, señores, un recién ascendido.
Cuestiono a Leo Franco y se pone la careta de Monarca para exigir mi silencio a golpe de paradones. Penalti incluido. Critico a Pablo y a Perea y son de lo mejorcito del partido. Defiendo el fichaje de Reyes, pese a su pasado, y éste se empeña sobre el terreno de juego en demostrar… nada. Si insisto en que Raúl García hace una gran labor, pero que cuenta con un socio serio y solvente como Maniche, la ausencia del navarro nos deja en evidencia a los dos (al portugués y a la madrileña) y si me río del “speaker” del Madrid, éste canta cuatro goles.
Probaré suerte diciendo que Riquelme no tiene sitio en este equipo y que la cláusula del Kun es demasiado baja, a ver si vuelvo a quedar en ridículo, porque lo que me pide el cuerpo es no hablar de este equipo tan plano y sin alma que deprime al más optimista.
Pero habrá que comentar con ustedes el penalti tan tonto como innecesario de Seitaridis, la poquita chispa de Simao y Reyes en las bandas, el poco aporte del centro del campo y la soledad del Kun… ayer el mismo retrato de Torres, la temporada pasada: Más sólo que la una, breado a patadas, fabricándose solito las ocasiones y demostrando la calidad que atesora con sólo levantar la mirada.
Se echa mucho de menos a Forlán. No sólo como goleador, como apoyo del Kun, como fabricante de pases al primer toque, de creador de espacios. Se le echa de menos porque su presencia devolvería a Maxi a la banda, donde debe jugar.
Lo que está claro es que no hay recambios para muchas posiciones (Eller&Cléber sólo podrían suplir con garantías a algún dúo cómico del tipo Pajares y Esteso) y que nos pesan mucho las lesiones de los titulares. Con una temporada tan larga y pretensiones en las tres competiciones es incomprensible esta añoranza a estas alturas de la competición.
¿Y si entra la falta de Antonio López?... pues lo mismo. Hubiera sido un triunfo injusto, como el que conseguimos contra el Levante o como el empate del Lokomotiv. Confiemos en que el parón en la liga vuelva a venirnos bien, que se vacíe la enfermería y que volvamos a la senda del optimismo, de los goles y de las victorias y no a la de los lunes de mirada gacha y boca cerrada.

domingo, 4 de noviembre de 2007

Queridos Pablo, Perea y Franco:


Ya sé que faltan dos meses todavía, pero acabo de llegar del Calderón y no tengo dedos en las manos para contar los regalos de toda la defensa y el portero del Atleti en los últimos partidos. Ante este seis de enero anticipado y vista la generosidad de la que estáis haciendo gala no me queda más remedio que escribir mi carta, no sea que me quede sin mis regalos cuando yo he sido más que buena durante todo el año… no he faltado ni a un partido, aplaudo hasta a Indi cuando trota por la banda, no insulto a los árbitros y compro lotería de todas las peñas (más no, por favor). Por este motivo me atrevo a pediros…

- Un portero con garantías. Que pena que debatiésemos hace unos partidos si Abbiati o Franco debían estar bajo los palos porque los dos parecían buenos. Y ahora estemos por decirle al Eibar que cuando le mandamos al Pichu Cuellar estábamos en modo “crucis” y que hagan el favor de enviarlo de vuelta. No es de recibo que un portero tan alto como Leo Franco no ataje ni un balón por arriba, no muestre su autoridad en el área. Pedirme un altavoz para él, o un cencerro como el de Harpo, para que la defensa sepa cuáles son sus balones y no se metan goles tontos.

- Una pareja de centrales que no sea un coladero. Que compense al equipo, que no se caiga en los momentos decisivos, que se anticipe a los rivales, que no deje vendido a su portero. Que no jueguen al tuya-mía para cedérsela sin rubor al delantero de turno. Que no se marque goles tontos en propia meta.

- Quiero dos laterales que cierren huecos, que suban la banda, que den buenos pases (si contra el Villarreal alguien vio a Seitaridis dar un solo pase correcto que me corrija).

El resto de integrantes del equipo están siendo chicos buenos. Se merecen todos los regalos que os pidan y muchos más. Gracias a ellos, que marcan muchos goles, los que regalamos tan tontamente no han pesado mucho más. Gracias a ellos acudimos ilusionados al Calderón: para ver goles, goles bonitos (olé, Simao), goles de cabeza del “bajito”, goles de guardar grabados junto a “que bello es vivir”. Para verlos todas las navidades.
Quisiera un poquito de suerte. Pero creo que el cupo de este año ya lo hemos gastado en Rusia y contra el Sevilla y me da reparo pedir más, pero como estáis tan dadivosos continúo con mi misiva.

- A Maniche y Raúl García, traerles un poco más de gasolina para que no les pese tanto el paso de los minutos y puedan colaborar, también pasado el minuto 70, en tareas defensivas.

- Un tarjetero para Reyes que sale a Amarilla por partido y el pobre, mira que lo intenta, no acaba de ser todo lo decisivo que se espera de él.

- Una carrerilla para Maxi… para el próximo penalti, ya verás como lo tira mejor.

- Un poquito de paciencia para el público. Que silbe lo que quiera, que yo lo comprendo, aunque no lo comparta (tampoco sé silbar, la verdad), pero que lo haga cuando el árbitro pite el final, no cuando sus silbidos todavía pueden poner más nerviosos a los dueños del manojo (de nervios, claro). Y sobre todo que miren a quién silban y que señalen con sus pitos a los culpables de esta plantilla tan descompensada.

- Para ellos, los culpables de esa descompensación, os quiero pedir: un billete para el Chad para Suso García Pitarch. Comentan que hay unos niños por allí que pueden llegar a ser grandes promesas del balón. A ver si va a echar un vistazo. Y para los otros dos, lo de siempre… Carbón, que os voy a pedir. Dejadlo en el palco, ya sabéis, que hasta dentro de unos años, como todos nosotros, no tenéis porque saber el camino de la Peineta.

Un saludo afectuoso de una chica del Atleti

jueves, 1 de noviembre de 2007

Conjurados (y con Jurado)

Ayer, por fin, lo tuve claro. Ya sé cuál es la principal diferencia entre este Atleti y el del año pasado. No, no miren al centro del campo que es verdad que está más serio y ordenadito, no obsevern tampoco a las bandas, mucho más expeditivas y no busquen a la pareja atacante para preguntarse si a Agüero le ha venido bien la llegada de Forlán. Omito, intencionadamente, a la defensa y al guardameta, que se han mantenido al nivel de la temporada anterior. Un nivel bajo, muy bajo.

La principal diferencia es que este Atleti sale convencido de la victoria. A ganar. Sus jugadores se lo creen, confían en sus posibilidades, no dan un balón por perdido y han convertido el Calderón en un fortín del que sólo han volado dos puntos, en la segunda jornada liguera.
Así salió ayer el Atleti al terreno de juego, conjurándose para la victoria. Es preciosa la imagen, la verdad. Pone los pelos de punta. Ver a los chicos, abrazados en el centro del campo, dándose ánimos, motivados, tan sólo unos instantes antes de que suene el pitido inicial. Y creo que ahí radica la clave de la mejoría del equipo, como un once, no sólo por la calidad de cada uno de sus jugadores.

El primer gol llegó muy pronto. Obra de un Maniche que ayer hizo casi de todo, la verdad. Fue una jugada extraña tras un penalti de Palop sobre Maxi, el portugués se encontró con un balón en su bota y una portería vacía. Remató.
Forlán se lesionaba dando la peor noticia de la noche y poco después el Sevilla empataba de falta. 1 a 1.

El Sevilla tocaba el balón, lo retenía, pero era el Atleti el que se adelantaba de nuevo en el marcador tras un remate, de cabeza, que cosas, del Kun Agüero, un tipo de poco más de 1.70m que ya lleva unos cuantos así. Con el de anoche, iguala su registro en la liga pasada. 6 goles. A esta media docenita súmenle los cinco de UEFA y todo el repertorio de técnica que cada partido se saca de la chistera para dejar embobada a la afición. Se lo vuelvo a decir, Sr. Gil, revise esa cláusula de rescisión, por favor.

Justo antes del descanso llegaba la jugada tonta de la noche, una de esas que luego salen en “youtube” para regocijo de los amantes de las caídas, las carambolas y los goles en propia meta. Así fue el de Ze Castro, adelantándose a la salida de Leo Franco para rematar un pase que no tenía ningún peligro. Incomprensible. Y ya lo siento por el chaval que estuvo ayer francamente mal, no sé si como consecuencia de esta acción o porque ya le viene de serie.

Camino del vestuario, los jugadores debieron de mirarse mal porque a la vuelta el juego se embarulló, las patadas volaron y el árbitro tuvo que tirar de amarilla para acabar con la bronca. El Sevilla atacaba dejando la sensación de que podía darnos la noche en cualquier momento y el Atleti respondía con una nueva genialidad de la conexión argentina. Agüero recogía un balón en la puerta del área y le regalaba a su compatriota Maxi un pase genial para que este rematase de volea. Espectacular.

El Sevilla no renunciaba a nada y amenazaba con el empate. El Atleti perdía tiempo y la grada pedía la hora. Para arañar minutos, Aguirre gastaba su último cambio. Jurado por Maxi, que se retiraba entre aplausos. El gaditano culminaba una jugada de Simao (bien también el portugués en los minutos que tuvo). Ese que cae tan mal a la grada porque lleva diadema y tiene un contrato que da derechos al Real Madrid, como si lo hubiese negociado él y no los del palco, marcaba su primer gol en el Calderón. Tenía que ser el gol de la tranquilidad pero a la postre fue el que dió los tres puntos, porque corría el minuto 90, pero todavía había tiempo para que el Sevilla marcase, Luis Fabiano mediante, y acabáramos, como siempre, pidiendo la hora angustiados.

Y así se acaba esta historia… con el Atleti conjurado y con Jurado, que suena igual pero no es lo mismo. El domingo, a las cinco, nuevo duelo contra otro equipo difícil, el Villarreal. Habrá conjura. Se lo juro.

domingo, 28 de octubre de 2007

¡Árbitro, la hora!

Réstenle a la crónica de hoy 28 minutos. Son los que tardé en sintonizar la taquilla de Digital Plus en la que emitían el encuentro. Imagínense ahora los improperios que pude escupir cada vez que pasaba de la taquilla 109 a la 111 y los insultos que se llevó el pobre teléfono cada vez que marcaba el número de Atención al Cliente de la emisora y comunicaba. Cuando por fin se hizo la luz, los jugadores del Atleti estaban abrazándose. Menudo gesto de solidaridad con los telespectadores, pensé yo, pero no… ya había marcado Forlán y yo me lo había perdido.

- “No te alteres hija”, me decía mi padre preocupado cuando le gritaba vikingo al aparato de PRISA, “que ahora les metemos otros cuantos”. Poco se podía imaginar que en el partido más corto que íbamos a ver, acabaríamos pidiendo la hora al unísono.

Ahora busquen unas cuantas excusas para esta dosis de sufrimiento, que si ha pesado el partido del jueves, que si han sido cinco horas de avión, que si cuesta motivarse en este tipo de enfrentamientos, que si siempre que se desplazan las peñas se gafa la fiesta, que si el Levante es un equipo correoso, que si…

Que sí, que hemos ganado. Que son tres puntos muy ricos que nos mantienen ahí arriba, donde corresponde, donde siempre debemos estar. Digan lo que quieran, pero no me convencen. El Levante tiene un punto y menos capacidad de marcar goles que Digital Plus de retransmitirlos.
Es cierto que este es el típico partido que el año pasado hubiéramos perdido, tan ricamente. O empatado, como el día del Murcia. Es cierto que somos expertos en pifiarla cuando más se espera de nosotros y también es verdad, de la buena, que los hados suelen castigarnos cuando marcamos un gol y no rematamos la faena.

Pero algo debe de estar cambiando en este Atleti que gana partidos, incluso cuando no juega bien. Dicen los que saben que ésto es virtud de equipo ganador, a mí me parece más una cuestión de suerte y a ésta, ya saben, es mejor no tentarla.

Pero hablemos del partido. Del minuto 28 en adelante se vieron pocos detalles, muy pocos la verdad. A un Ze Castro seguro, a un Pablo más entonado que ni siquiera se cayó en todo el partido, a un Maniche voluntarioso, a un Raúl García, en su línea, controlando el centro del campo sin problemas y a unos extremos bastante activos, pero que no regalaron excesivas ocasiones para que la dupla Forlán-Kun hiciese algún gol más.

La salida de Reyes daba algo más de mordiente al equipo y el sevillano protagonizaba una bonita escapada para centrar a Agüero en la que pudo ser la sentencia del partido. Simao se reivindicaba con una carrera por la banda para asistir a Raúl García en la que pudo ser la sentencia del partido. Y, finalmente, el propio Agüero, hacía un túnel precioso para cedérsela a Reyes en la que pudo ser la sentencia del partido. Pero no fue así. El segundo no llegó y el Levante, viéndose con vida, se fue hacia la portería de Leo Franco a lanzar un corner tras otro.

Este asedio en forma de saque de esquina terminó cuando el árbitro por fin escuchó nuestras peticiones y puso el punto final a tanto sufrimiento. Un triunfo sin brillo, no sé si merecido, sinceramente. Tres puntitos a la hucha, que al final, estos cuentan igual que los ganados con más mérito. Un partido sin lesionados, Raúl García sin ver la quinta y a pensar en el Sevilla.

Será cuestión de ser prácticos.

jueves, 25 de octubre de 2007

Lo mejor del Atleti 3 – Lo peor del Atleti 3

Lo mejor del Atleti jugó ayer contra lo peor del Atleti. Se fueron a disputar su partido a Moscú, con frío, con niebla y con una luna no tan llena como la de Madrid. Había en el campo además, otro equipo. Con una equipación muy fea, unos dorsales muy grandes, unos nombres impronunciables, y un público bailador de “pogo” (por el frío supongo) con el marcador a favor o en contra.

Lo mejor del Atleti, marcó primero… Jurado se asoció con Agüero para que el argentino nos regalase un gol de enmarcar. Uno más. Con la zurda. Antes los del equipo peor, ya lo había intentado, dando facilidades para que un balón se estrellase en el poste de Abbiatti. Y como habían avisado, a nadie le extrañó que empatasen pronto el partido, sin amilanarse. Pernía se despistó, Pablo se cayó y Eller miró hacia otro lado: empate a uno.

Los buenos seguían creando algunas ocasiones. Jurado y Agüero combinaban y creaban ocasiones de peligro, pero los malos apuntaban, dejando las bandas vacías y dando todo tipo de facilidades. El descanso no iba a variar el guión.

Comenzó el segundo tiempo con los buenos dominando, mostrando la capacidad y el entendimiento entre sus delanteros y marcando. Era el turno de Forlán.
Pero el paso adelante en el marcador no iba a impedir que los malos se arredrasen. En tan sólo dos jugadas mostraron de nuevo sus cartas con sendas cadenas de “aciertos”, Antonio López se tragó un centro desde la banda y Pablo para no ser menos se quedó clavado. El empate a dos llegaba, a puerta vacía.

Su gran actuación, la de los malos, la remataron facilitando por omisión la llegada del tercero. Les bastó con girarse y silbar, imitando a su líder, un tal Fabiano Eller que miraba a la luna llena, mientras alguien que pasaba por allí cabeceaba a la red sin ninguna oposición. Lo peor del Atleti había remontado el partido.

Aguirre decidió en ese momento echar una mano y cambiar a dos de los malos, Simao y Cléber Santana, por dos buenos chicos, Maxi y Luis García. Aunque los mejores todavía iban a contar con un refuerzo más: un Maniche que fue capaz de dar empuje y dinamismo al juego de su equipo, que lo intentó desde la frontal y que finalmente asistió a Agüero – de los buenos, el mejor - para que consiguiese el empate a tres.

Y así llegó el final del partido. Los buenos y los malos se traen un punto a Madrid ganado a partes iguales, a cara de perro. Los rusos, que pasaban por allí, se quedan con el otro. Un punto, el primero en el casillero UEFA que al final y dado el esfuerzo de unos y otros, sabe a oro. A oro de Moscú.

lunes, 22 de octubre de 2007

Y botó el Calderón

El de ayer fue uno de esos días en los que tienes ganas de fútbol desde que te levantas. Estas tomándote el primer café de la mañana y ya estas pensando en la alineación, en el rival y en cómo gestionar esos tres presuntos puntitos para escalar posiciones en la tabla.

La jornada, además, se presentaba propicia con los “pinchazos” de Madrid y Barcelona, que, aunque cuando nos da el ataque de realidad parece que juegan en otra liga, cuando enseñan sin pudor sus pies de barro, volvemos a sacar la calculadora y a llenar el saco de “y sis”: ¿y si vuelven a pinchar los primeros?, ¿y si vamos recortando puntitos y nos ponemos a menos de tres?, ¿y si bota el Calderón?, ¿y si marca Maniche?. Si marca Maniche, señores, se cae el Fondo Norte.

Y cuando te quieres dar cuenta, apuras la última cerveza que casi empieza el partido y todavía estas encontrándote con gente. Y casi acabas de sentarte, de saludar a los vecinos, de mirar a la grada, de recitar la alineación y de criticar la camiseta de César, cuando ya te estas levantando para celebrar el primer gol. Asistencia de Forlán, gol de Luis García. Y te frotas las manos, porque ya no nos dan miedo nuestros goles tempraneros y si antes esperabas el repliegue y mirabas primero al reloj y luego al cielo, ahora un “chicharro” antes del minuto diez, lo único que anuncia es unos cuantos más.

Con velocidad, colocación, contundencia y precisión, el Atleti muestra sus armas. El Zaragoza lo hace repartiendo “cera”, con un Luccin como jefe de la banda de malotes, pero también, que rabia, mucho más motivado que en toda la pasada temporada. Si ellos tienen al skin, nosotros contamos con Raúl García, que marca un antes y un después en el medio centro del Atleti, del de los últimos años, quiero decir. Raúl García, es como el teléfono móvil o el “chino” de debajo de tu casa que te vende el J&B a las 11 de la noche. Han llegado sin que te dieras cuenta y ya no te puedes imaginar tu vida sin ellos.

Maxi da el alegrón de la noche a todos los que nos empeñamos en repetir que la “Fiera rockea”. Ayer rockeó y lo hizo de maravilla, aportando detalles que confirman su recuperación. Dando asistencias (preciosa combinación con Forlán para que el uruguayo marcase el golazo de la noche de vaselina), entendiéndose a las mil maravillas con Agüero, provocando y transformando un penalti, asumiendo el mando del equipo y culminando una preciosa jugada de su compatriota para marcar un gol, anulado pero legal, que hubiera sido la guinda. Difícil tarea le espera a Aguirre para configurar las bandas cada semana cuando vuelva a contar con Reyes y Simao.

Y la grada divirtiéndose: Que bote el Calderón, y todos a botar. Y a cantar. Sobre Luis, sobre Raúl... Que lo importante no es que el público se posicione al lado de su mítico jugador y entrenador, que también. Lo reseñable es que estemos disfrutando del juego y nos permitamos el lujo de reírnos, de cantar y de no contar los minutos que faltan. Que regalemos ovaciones en los cambios, que nos pongamos en pie para recibir a Valera tras sus 7 meses en el dique seco o que insultemos a Pérez Lasa por lo malo que es, pero que no nos desespere porque sus fallos no ponen en peligro los puntos.

Porque todavía queda un gol que los "comepipas" ya no ven porque se han ido. Maxi pone la rúbrica aprovechando una excelente llegada de Cléber Santana. Que por eso de las rotaciones, como Jurado, llevaba un rato sobre el campo. Con el pitido final nos vamos tan contentos a los bares, a seguir llenando el saco de “y sis”: ¿y si ganamos en Levante?, ¿y si vuelven a pinchar los primeros?, ¿y si vamos recortando puntitos y nos ponemos a menos de tres?, ¿y si bota el Calderón?, ¿y si marca Maniche?. Si marca Maniche, señores, se cae el Fondo Norte.

miércoles, 17 de octubre de 2007

"El Riquelmegate"

Dice ahora “garganta profunda” que han sido los propios argentinos del equipo los que frenaron el fichaje de Riquelme.
Me preocupa que la prensa recoja este rumor, que no es la primera vez que escucho, justo ahora, cuando las aguas estaban relativamente tranquilas pese al titubeante comienzo de temporada y al tropiezo del Nou Camp.

Es increíble que dos meses después del fichaje frustrado de Juan Román, todavía estén lanzándose unos a otros la pelota y jugando al “pío, pío que yo no he sido”.

Los tres argentinos de la plantilla, Leo Franco, Maxi y Agüero lo tienen claro. Ellos no piensan comerse el “marrón” de que Riquelme no comparta su mismo vestuario. Leo Franco ha sido contundente en su desmentido: “yo nunca veté a dios”. Es absurdo buscar en el vestuario a los artífices de una decisión de tal magnitud.

Hay quien esgrime un problema de carácter, de actitud, por parte de Riquelme, un jugador capaz de lo mejor y lo peor, dicen. Sus desencuentros con Pellegrini son de sobra conocidos, también los tuvo Sarabia con Clemente y Beckam con Fergurson, sin que eso afectase a las carreras de los dos futbolistas.

En su día, me pareció honesta la explicación de Aguirre a la prensa por su negativa a la contratación del diez argentino. Con la plantilla confeccionada y el sistema de juego (acertado o no) diseñado, no era el momento de la llegada de un nuevo jugador. Eso sí, el mexicano, harto del papel de “poli malo” que le ha tocado desempeñar, se ha cansado de repetir ante cualquier micrófono que le han puesto delante que es un jugador que le gusta y que en julio hubiese contado con él.

Lo de García Pitarch es lo que no acabo de entender. Primero asume su responsabilidad en la decisión final de no contratar al argentino y ahora, cuando Riquelme golea y deslumbra con Argentina y los “puñales” de las bandas atléticas no parecen tan afilados como se presuponía, manifiesta ante los medios que cada día que pasa se alegra más de no haberle fichado. Pues no entiendo la alegría, la verdad. O no estuvo en Barcelona o hay algo más que no ha llegado a trascender. Que les pregunte a Forlán o al Kun qué les parece su pase a Milito en el primer gol de la Albiceleste ante Venezuela.

Con lo larga que es la temporada, con el Atleti en tres competiciones, con la nefasta experiencia que se tuvo el año pasado con las lesiones de Maxi y Petrov y con las incertidumbres que presenta el centro del campo, muy pocos dudan ya de la conveniencia de este fichaje, salvo “Suso el visionario”, claro.

Ahora, a los que les ha salido la jugada redonda es a los de siempre. Los del palco se frotan las manos. Se ahorran unas “perritas”, ¿qué la cosa sale bien?, a sacar “pechito” y a presumir de su confianza total en el mister, ¿qué se tuerce el guión?, balones fuera, declaraciones al canto sobre su continuo interés por traerse al argentino y a la postre, cambio de cromos en diciembre.
Lo dicho: ellos nunca pierden.

domingo, 14 de octubre de 2007

Aquel Atleti de los cupones...

¿Y de qué escribo yo en este parón de liga? En el entrenamiento del Atleti hay más jefes que indios (Reyes cuenta como indio, ¿eh?), de los tres atléticos convocados por Luís, sólo Pablo ha jugado 27 minutos (cuando Dinamarca ha marcado, ya es casualidad) y si hablo del gol de Jurado con la Sub 21 seguro que Sergio me llama pesada y algún resentido objeta que acababan de expulsar al portero, que se puso bajo los palos un jugador de campo, al que le quedaban los guantes pequeños y que además era muy feo.

Así que me levanto a por una Mahou, que siempre inspira, y escucho como mi padre le cuenta a un auditorio formado por 8 niños, un perro y dos peces, cómo coló en el Calderón a cinco personas allá por 1976. Me paro en el pasillo sin interrumpirle, porque aunque podría contar la historia sin variar una coma, de las cientos de veces que la he escuchado, me gusta como va adornándola, añadiendo detalles nuevos y floreando la anécdota cada vez más.

Era el último partido de liga y el Atleti ya era campeón. Jugábamos contra el Valencia que, como siempre que tenemos algo que celebrar, nos aguó la fiesta llevándose los puntos. En los prolegómenos, cuenta don Manuel, que convenció a la “autoridad” de que mis tíos se habían olvidado el carné en Moralzarzal y ya que estaban allí no iban a dejar en la calle a mis primos y a mi hermana. Todos entraron a ver aquel 2 a 3.

Bastantes años después los porteros dejaron de ser tan comprensivos, pero el Atleti de entonces era el de los “cupones”. Muchos recordarán el primer carné que nos mandó Gil a casa, de los objetos más “bizarros” que conservo (la botella de licor con forma de casas colgantes de Cuenca no cuenta porque está escondida). Una cartera rojiblanca de plástico que incluía una tarjeta con el nombre, foto escaneada y número de socio. Está fechada el 1 de julio de 1986. En la parte central se colocaba el abono anual y a la derecha, mes a mes, se cambiaba el recibo mensual con los tres cupones que se recortaban partido a partido. 3.700 pesetas pagamos, en junio de 1992, el último recibo que conservo.

La estratagema era sencilla, en cuanto pasabas y te recortaban el cupón, te subías al primer anfiteatro y desde allí lo lanzabas al acompañante de turno que lo esperaba abajo. Éste sólo tenía que acercarse de nuevo al torno, coger cualquier cupón del suelo y hacer como que lo recortaba para ahorrarle trabajo al portero o, simplemente, decir que se le había desprendido. Siempre colaba. Los socios veteranos recordarán esa lluvia de carnés antes de cada partido a finales de los ochenta. Digo yo que si ha prescrito la apropiación indebida, por desvelar estas triquiñuelas no vendrán a detenerme.

No sé qué pasará en la Peineta, pero está claro que el Vicente Calderón nunca ha sido un fortín. Cuenta mi amigo Toni que hay una puerta cerca del Fondo Sur donde el portero está “ausente”. El año pasado la utilizó varias veces para “invitar” a sus amiguetes al fútbol, incluso el día del derby, tras la primera “quedada ipunkatlética”. Este año, que ha roto el abono, harto de dar su dinero a quien quiere mucho menos que él a su equipo del alma, confío en que utilice su “pasadizo secreto” siempre que pueda. Pero comprenderán que no les chive el número de puerta que, aunque con esto del “abono total y tal” dan ganas de invitar a la insumisión, a fin de cuentas esto no deja de ser una recopilación de historietas. Una batallita más porque no ha habido liga y si hablo de Jurado, Medina me llamará pesada.

martes, 9 de octubre de 2007

El Atleti y la (des)información

El mundo de la información, como el del fútbol, está repleto de frases hechas y verdades universales. Por ejemplo, cuando llegas a la Facultad de Periodismo lo primero que te enseñan es que “noticia no es cuando un perro muerde a un hombre, si no cuando un hombre muerde a un perro”. Tan sólo unos días después, cuando ya has asimilado este terrible axioma, te saltan con eso de que “la noticia de hoy envuelve el pescado de mañana”.
De esta forma, el futuro periodista (o teleoperador, o administrativo o frutero, que la profesión está muy mala) ha aprendido de un plumazo lo que le hará un avezado plumilla: La inmediatez y la exclusividad son las cualidades que deben acompañar a cualquier información que se precie. Más tarde vendrá el análisis y la opinión, pero eso es otra historia.

Pues bien, en el Club Atlético de Madrid todavía deben estar buscando al perro, no sea que muerda a algún jugador (¿o era al revés?). Hoy, gracias a sus responsables de comunicación e Internet, hemos vuelto a dar la imagen de un club tercermundista.

Cuando hoy en día las nuevas tecnologías posibilitan que sigamos un sorteo como el de la UEFA en directo a través de cualquier ordenador, la página Web del Atleti se bloquea. Lo que tampoco es una novedad, dicho sea de paso, salvo en días de renovación de abonos y otros cobros.
Cuando las páginas de nuestros rivales –ya sabéis todos: Aberdeen, Lokomotiv, Copenhague y Panatinaikhos – ya despliegan en sus páginas el calendario completo. En la del Atleti, que han hecho un “corta y pega” de la página de la UEFA, siguen hablando de un ordenador que tendrá que hacer las combinaciones oportunas para establecer el calendario definitivo.

Y lo cuentan de tal forma que te imaginas una computadora del tamaño de la planta de perfumería del Corte Inglés de Castellana, de esas con muchos botones y luces que salen en las “pelis” de James Bond que está calculando una infinidad de variables: los grados (de temperatura) de Moscú, los grados (del whisky ) de Aberdeen, los grados (de temperatura, otra vez) de la caldera griega que será el estadio del Panatinaikhos y hasta los grados (de fiebre) que pueda tener la sirenita no se vaya a coger la baja y los turistas se lo pierdan.

Cuando quieren colgar la información del sorteo, las agencias de viajes ya han hecho el agosto pensando en noviembre y diciembre y lanzan a la red sus ofertas por si algún jubilado cambia Benidorm por climas más fríos.
A lo mejor esperan a que llegue Clemente Villaverde y se lo cuente, o es Indy, el pobre, el que teclea la información... pero cuando por fin aparece la noticia, en los foros la gente lleva horas protestando porque el viaje a Escocia es mucho más apetecible (os juro que si ven allí a Pernía, se acaba la leyenda del monstruo del Lago Ness) que el de Rusia. Y aunque no probaremos el “scotish” espero que las cervezas de Munich, esta primavera, nos sepan mucho mejor.

A los diez minutos de conocerse la suerte del bombo, mi nuevo amigo Carabo ya me ha mandado desde Valencia el dibujito que acompaña esta información… que no tiene mucho que ver, pero con lo cuco que ha quedado lo pienso utilizar cada vez que se hable de la UEFA y encima ni me pide derechos de autor, oigan.

Pero es que esto de las nuevas tecnologías es para gente capaz y en el Atleti, que pena, la información se sigue haciendo con tipometro, tipex y Olivetti.

Por fín. El Calendario.


Jornada 1 - 25 de Octubre

Lokomotiv - Atl Madrid
Panathinaikos - Aberdeen
Copenhague - Descansa

Jornada 2 - 8 Noviembre
Aberdeen - Lokomotiv
Copenhague - Panathinaikos
Atl Madrid - Descansa


Jornada 3 - 29 Noviembre

Atl Madrid - Aberdeen
Lokomotiv - Copenhague
Panathinaikos - Descansa


Jornada 4 - 5, 6 diciembre

Copenhague - Atl Madrid
Panathinaikos -Lokomotiv
Aberdeen - Descansa

Jornada 5 - 19, 20 Diciembre

Aberdeen - Copenhague
Atl Madrid - Panathinaikos
Lokomotiv - Descansa

domingo, 7 de octubre de 2007

El Atleti muestra sus carencias ante un gran Barsa

El Barcelona fue ayer al Atleti, lo que éste, el jueves, al Erciyesspor. Tremendamente superior en el hombre a hombre y como equipo. Por eso los que esperábamos ver la verdadera dimensión de la mejoría del equipo en el Camp Nou, lo único que hemos dimensionado son las carencias de los nuestros. Es el típico partido que no admite apelaciones, porque ni el árbitro te ha robado, ni has podido llevarte el encuentro en ningún momento y ni siquiera, la suerte, tan socorrida como excusa, en muchas ocasiones, nos sirve para la crónica de ayer.

Porque el Barsa fue mejor. ¿Ya lo he dicho, no? Y ni el planteamiento de Aguirre, ni sus malos cambios - que lo fueron - ni el despiste de Abbiati, sirven para justificar la derrota. Es el típico partido que resumes en que el portero cantó, la defensa estuvo perdida, el centro del campo sin ideas y delante ni fú, ni fá…para acabar preguntándote, al tiempo que cabeceas con pesar, porqué en este equipo no cabe Riquelme.

Y yo que hace muy pocos días estaba de “subidón” por lo de los turcos, los 17 goles, los cinco partidos sin perder y la portería sin perforar… hoy me consuelo pensando que quizás hemos jugado contra el mejor equipo del mundo y sin duda alguna, contra el que hoy por hoy es un jugador estratosférico. Se equivocaron los medios llenando sus páginas con comparaciones entre Messi y Agüero, porque si nuestro argentino es muy bueno y tremendamente joven, todavía una promesa, su compatriota posee todo un registro de recursos técnicos, tácticos y físicos como para hacerle un “roto” a la defensa más ferrea, que hoy por hoy, no es la del Atleti.

Las intenciones del Atleti duraron lo que dura un cubito de hielo en un “whisky on the rocks”, que diría Sabina. Un buen comienzo que hacía albergar esperanzas sobre un encuentro distinto. Sin embargo, un desafortunado Abbiati acabó de un plumazo con las aspiraciones de “rascar” algo positivo en el Camp Nou y de paso con el debate sobre quién debe situarse bajo los palos. Porque si bien el italiano en el segundo tiempo hizo algunas paradas oportunas a fuerza de manotazos, no atrapó ni un balón y dio demasiadas muestras de inseguridad a lo largo de todo el partido y eso es, precisamente, lo que le faltaba a la defensa del Atleti.

Si el primero, el de Deco (otro soberbio jugador, señores) fue regalo del ex portero del Milán, el segundo, el de Messi, tras una preciosa combinación con Ronaldinho, llevaba la firma de la defensa rojiblanca. Generosa con el contrario, como viene siendo habitual.

A partir de ahí, se acabó. En ningún momento tuvo el Atleti pinta de poder enderezar el rumbo de la nave. Y Aguirre, desde el banquillo, tampoco ayudó. El entrenador fue el primero en no creer que la victoria fuese posible. Cambió a Maxi por Reyes, que en mi opinión fue de los destacados, ofreciéndose y dando la cara y a Luis García por Agüero, que ciertamente ayer hizo poco sobre el césped.

Y hoy criticarán a Reyes, no me cabe duda, porque se fue “jurando en arameo” al banquillo. Yo le aplaudo el “rebote” que me parece, dada su entrega, tan justo como injusta su sustitución. Los cambios no le dieron al Atleti mayor capacidad para desbordar y cuando el partido tornaba a su fin recibimos un gol postrero de Xavi, el tercero. La puntilla.

Y aunque mi optimismo se ha quedado en el puente aéreo, el Atleti no dio la imagen del año pasado con el infausto cero a seis. Y quien quiera comparar este equipo con el de la temporada pasada, dada la situación en la tabla en idéntica jornada, no tiene ni idea de fútbol y sí muchas ganas de incordiar. Porque ayer el Atleti perdió contra un equipo, creo que ya lo he dicho, muy superior y si no me equivoco, futuro campeón de Liga.

jueves, 4 de octubre de 2007

17 invitaciones al optimismo

Por fin podemos hablar de fútbol. Bueno al menos de 11 jugadores practicando este deporte contra una banda de amiguetes que a lo máximo que han aspirado es a cambiar su camiseta por la rojiblanca.
La semana ha estado calentita después de la buena imagen dada en el Calderón frente al Osasuna. Que si el “abono total”, que si el anuncio del Metro, que si Agüero llora al hablar con su papá y le dice a Messi que se venga al Atleti… pero de fútbol, poco.
Ahora, tras la manita a los turcos nos vamos al Nou Camp y los atléticos se preguntan si tenemos motivos para estar confiados, optimistas y alegres o la mejoría del equipo es un canto de sirena. Está claro que el partido contra el Barsa mostrará el verdadero alcance de la recuperación. Pero hasta ese momento permítanme enumerar mis razones para el optimismo.

1.- Se han ganado cinco partidos consecutivos. El Atleti hacía mucho, mucho tiempo que no encadenaba esta racha.

2.- El equipo tiene otra actitud. Presenta algunos interrogantes pero sale al campo decidido en la victoria y eso ya es una diferencia frente a la pasada campaña, donde se veía a jugadores derrotados de antemano.

3.- Las victorias dan confianza y el equipo está empezando a creer que puede hacer cosas grandes.

4.- Han sabido reponerse de un comienzo titubeante. En esta ocasión la presión de la grada y de la prensa no ha pesado sobre los jugadores.

5.- Los jugadores confían en su entrenador y eso está bien. No cuestionan las decisiones de su técnico aunque ello suponga no jugar en su posición habitual. Jugadores de la talla de Abbiati, Maxi, Simao, Luis García o Reyes han pasado por el banquillo sin la mínima protesta.

6.- Hay banquillo para hacer cambios. Da gusto pensar que si hay que tirar de recambios, cuentas con jugadores con gol y calidad suficiente. El año pasado era salir Galleti a calentar y ya dabas el partido por finalizado.

7.- El Atleti marca el primer gol y no se echa atrás. Sigue peleando la victoria como si el marcador fuera adverso.

8.- Nuestra portería está imbatida desde hace cinco partidos. Tan importante es hacer gol, como evitar que no te lo hagan a ti.

9.- El factor suerte también está acompañando. En Bilbao no se hizo un gran partido pero las ocasiones entraron.

10.- Contamos con dos buenos porteros. Abbiati está demostrando que puede ser titular en cualquier momento. No es lo mismo Leo Franco (con rastas) + Pichu, que el italiano más Leo, bien peinado.

11.- La defensa va mejorando. Sigue siendo la línea que presenta más incertidumbres, pero ha ido centrándose partido a partido.

10.- Raúl García que para muchos era una incógnita parece uno de los mejores fichajes de la temporada. Es la revelación. Un jugador completo. Centrocampista serio y eficaz que igual te corta un ataque del equipo contrario, que reparte juego y construye continuamente ocasiones de gol. No más Mussampas.

11.- Maniche, es otro Maniche. No es el portugués, ausente en el campo, que estaba gordo y conducía “tocado”. Ahora es el portugués que está gordo y que probablemente conduce “tocado” pero participa en el juego del equipo y hasta se vuelca al ataque. Sin suerte en el gol, de momento.

12.- Reyes. La afición le ha perdonado su pasado blanco. El sevillano lucha con ganas y le echa casta y kilómetros cuando tiene la oportunidad. Saca muy bien desde el corner, que no es tontería y, aunque a veces da la impresión de aturullarse, tampoco está jugando en su situación natural.

13.- Maxi no está en su mejor momento de forma. Pero su evolución también está siendo ascendente. El argentino ha asumido con naturalidad el brazalete de capitán y la lesión (ligamento cruzado anterior de la rodilla izquiera, ahí es nada) no le ha dejado secuelas psicológicas. Luis García y Simao también cumplen en cada partido.

14.- Jurado ha marcado su primer gol con el Atleti. ¿Es un motivo para el optimismo?, se preguntarán ustedes. Pues no, pero permítanme que me alegre por el chaval que parece que tiene que pagar una deuda ante su propia afición por el mero hecho de haber sido canterano del Real Madrid. Espero que pueda demostrar la calidad que atesora.

15.- Forlán. Es un goleador nato. Parece que no suda, que no corre… pero siempre está ahí, en la boca de gol. Se lleva al defensa, abre huecos, hace paredes y remata. Ha conseguido goles preciosos de los que gusta recordar.

16.- Y por último el Kun. Actual pichichi de la liga. Ya le comparan con Romario, pero es un jugador con su propio carácter, su propio juego. Es muy joven pero toma sin miedo la responsabilidad. Se entiende muy bien con el uruguayo. La dupla de atacantes del Atleti está en racha y ya lleva 14 goles en todas las competiciones.

17.- Son los goles que ha marcado el equipo desde que empató en Murcia. En cinco partidos se ha logrado la espectacular media de 3,4 goles por encuentro. Son toda una invitación a la ilusión. Porque donde hay goles, hay alegría y nuestro Atleti nos ha dado 17 motivos para soñar.