martes, 20 de mayo de 2008

De cómo Seitaridis, el Zaragoza, Aguirre, Carlos Fuentes, M. J. Navarro y Nick Hornby retrasaron una crónica

A las ocho de la tarde del domingo acabé de ver el partido entre el Valencia y el Atlético de Madrid. Pensé en sentarme un rato y hablarles de la sensación de "timo" que tenía por haber pagado los doce euros a Digital + (díganme, por favor, que no he sido la única), de la surrealista defensa alineada, de la conformidad de los jugadores y de las risas en el gol de Seitaridis. Pero no tenía ganas de hablar del partido, todo lo que quería era olvidarlo pronto.

El caso es que me puse a escuchar los partidos del descenso y se me fueron las dos horas. Y pensé en contarles que me apenaba que bajase el Zaragoza, no porque me caiga bien, que no es el caso, si no porque no me gusta que bajen equipos históricos a Segunda.
No me parece de recibo que el Getafe esté en primera y el Sporting en Segunda y me hubiera alegrado que subiese mucho más la Real, que no es que me caiga bien, que no es el caso, que el Numancia. El caso es que se hacía tarde y todavía no había empezado ni a esbozar una idea para la crónica.

A punto de acostarme escuché que Aguirre anunciaba su continuidad una nueva temporada y pensé en darles mi opinión sobre el entrenador. Les diré que me parece muy conservador, que no ha buscado soluciones a problemas concretos, les diré que me parece demasiado complaciente con sus jefes, les diré que... Aunque bien pensado, también tendré que decir que ha cumplido con los objetivos marcados y que tampoco tiene el hombre la culpa de las lesiones, de los fichajes tontos, de que no haya venido Riquelme. La verdad es que tampoco ha tenido tantos mimbres y ha hecho un buen cesto.

Sí pero habrá que recordarles a toda esta gente que hizo que se marchase un Maniche fundamental sabiendo perfectamente que no se iba a traer a nadie para sustituirle, aunque claro me dirán que un entrenador no puede consentir una indisciplina semejante y que aquello sirvió para que el espíritu Ronaldinho no se propagase por el vestuario. Mira como le ha ido a otros.

Entras en los foros de Internet y hay "hilos" interminables con el debate "Aguirre sí, Aguirre no", defensas furibundas y ataques descarnados. El portero de la oficina, que como todos los porteros sabe un rato de fútbol, te recuerda que ya es hora de que el Atleti tenga un entrenador durante tres temporadas, en lugar de tres en una sola. Y aunque crees que el Atleti debería tener su Arsène Wenger, siempre te lo has imaginado más con la cara de Radomir que con la de Aguirre, la verdad.

Y ayer por la mañana ya se hablaba de fichajes y pensé en comentarles eso de que no es bueno cambiar a ocho jugadores, pero claro me dirán que hay ocho jugadores que no valen para jugar en el Atleti y que habrá que encontrarles un sustituto. Y anoté mentalmente que no se me olvidase que no quiero ver más a Eller ni a su peluquero, ni a Ze Castro, ni a Seitaridis, ni a Cléber y que sí me gustaría que Motta se quedase y Jurado y Miguelito de las Cuevas. Que el Cata sí, que Uche no, qué se yo.

En fin, que estuve todo el día aplazando el momento de sentarme y escribir la entrada del último partido. Nunca, nunca, una hoja de excel se ha convertido en la perfecta excusa para no enfrentarse al teclado. Nunca una tabulación de encuestas ha sido una actividad tan atractiva. Y esperé a la crónica de Carlos Fuentes a ver si me inspiraba un poco, pero eran las once de la noche y me imaginaba al Sr. Fuentes con una hoja de excel y a su legión de seguidores desesperados refrescando "El Rojo y el Blanco". Así que me puse el programa de la Navarro (hoy por hoy el mejor debate deportivo de la televisión) a ver si se me ocurría alguna idea para sorprenderles. Y como me gustaría tener su desparpajo para decir tanto en tan pocas palabras y además con esa sonrisa, que le está dando un meneo tremendo al ínclito Suso García Pitarch con la misma alegría con la que minutos después comenta lo bien que le va a su niño Torres en el Liverpool. Pero al margen de pedirle el teléfono del bloggero ese tan salado de las patillas, nada.

Y me acuesto una noche más sin poner un título a estas líneas y abro el Fiebre en las Gradas (gracias Alberto, hacía mucho tiempo que un libro no me enganchaba tanto), leo las reflexiones de Hornby sobre su Arsenal y pienso como él, que hay días que es mejor no hablar de fútbol. Dice Hornby que los verdaderos hinchas no eligen a sus equipos sino que son sus equipos los que les eligen a ellos. A nosotros nos eligió el Atleti y, después de todo, no tenemos culpa de que allí jugasen el domingo, para despedir la temporada, Eller, Cléber, Castro y Seitaridis.

lunes, 12 de mayo de 2008

¿Algo qué celebrar?



Sí señores, algo que celebrar. El Atleti vuelve a Champions muchos años después. Qué nunca debió abandonar aquellos puestos es algo que todos sabemos, así como tenemos clarísimo quiénes son los culpables de que un cuarto puesto nos sepa dulce y no agrio.
Hoy todos los periódicos hablan de esa ambivalencia que ha provocado que el Atleti retorne a aquellos puestos que por historia le pertenecen en un partido pésimo y mostrando, sin rubor alguno, todas las carencias que tiene esta plantilla.

Son muchos los pesimistas que, Agüero al margen, ya tienen claro que iremos a la calle, digo a la UEFA, a las menores de cambio. Otros se preocupan por la subida que tendrá el abono, por la continuidad de Aguirre, por la llegada de ocho refuerzos o por cómo se pronuncian Heitinga y Ujfalusi. Tendremos tiempo de analizar muchas cosas, pero hoy estoy tan contenta que no tengo cuerpo, ni tiempo, ni ganas.

Estoy contenta porque estamos en Champions. Y esa grada emocionada que se abraza y canta el himno al unísono me sigue poniendo, casi doce horas después, la carne de gallina. Y aunque el sufrimiento se disfrazara de tiro de Coloccini al palo, de renuncia al balón y de aturullamiento ofensivo, el equipo volvió a mostrar que sabe apretar los dientes y salir al campo, con la obsesión de ganar el partido.

No creo que ellos tengan tan claro lo que esto significa para nosotros, lo que ha sido esta travesía en el desierto. Después de todo, sólo son jugadores que han llegado aquí, que no han crecido con los colores rojiblancos como referente. Quizás eso explique que sólo unos pocos se queden en el centro del campo para saludar a la afición... Leo, Forlán, Maxi, el Kun, Simao, Camacho, Antonio López... y alguno más que seguro olvidaré. Quizás eso explique que retornen al campo cuando ya está prácticamente vacío, cuando ya se han duchado y la gente ha abandonado la grada.

Estoy contenta porque creo que las cosas están cambiando en este Atleti. Lo siento dentro de mí. Algo está cambiando, tan despacio, que todavía no se percibe, tan bajito que todavía no aparece en los periódicos, tan rotundamente que creo que esto ya no hay quien lo pare. Sí, les hablo ahora, de esa gente que cada domingo se junta en la puerta cero y que ya son muchos más de catorce, para cantar y contar, su opinión sobre lo que está pasando. Y porque cada vez son más la gente que los mira, las cámaras que los graban, la policía que los custodia y las conciencias que remueven como un día hicieron con la mía.

Estoy contenta porque esta tarde se celebra una nueva edición del Gaudeamus. Un foro que va creciendo en expectativas, en público, en organización, en recursos, pero sobre todo en ilusión.

Pero, ¿saben qué? Lo que me hace verdaderamente feliz es ver que mis niñas verán al Atleti en Champions. Es una tontería, porque ellas lo desconocen. Una nació cuando el equipo estaba en Segunda, la otra cuando jugaban Novo, Musampa o Nikolaidis. No saben nada de noches europeas y quizás no les importe. Pero ayer - llegué a casa cuando ya dormían, ajenas a Kunes, Forlanes y Camachos - las arropé y las besé con cuidado de no despertarlas, pensando que ellas, como un día le pasó a su madre, verán a su equipo medirse con los más grandes, como les pasa a sus compañeros en el cole, y con un poco de suerte, heredarán el sentimiento, la tradición y el orgullo. Con un poco de suerte, se sentirán del Atleti.

viernes, 9 de mayo de 2008

Hey Ho, Lets Go


Era el partido clave, se lo digo yo.

-sí, sí, llevas razón que lo llevo diciendo toda la temporada...
-¿varias temporadas?, bueno vale, también es verdad lo que apunta el camarero del bigote.

Pero no me digan ustedes que lo de ayer no reunía todos los ingredientes de la tradicional empanada atlética: Necesidad acuciante de ganar, último partido de la temporada, televisión a nivel nacional, campo desangelado, rival en crisis... se lo saben, ¿verdad? El típico partido que el Atleti tiene que salir a ganar y que al día siguiente estas mojando la tostada y todavía rumiando “joder, si es que ayer era el día, sí lo tenían todo a favor, si es que era un partido clave”.

Pues hoy no, señores, hoy he mojado la tostada como hacía tiempo, con alegría, con satisfacción. Ayer el Atleti no fue el de una de esas veces. Fue el Atleti que tenía que ser. Saltó al terreno de juego con ganas de llevarse el partido y se lo llevó.

Avisó Agüero pronto y luego marcó su golito. Y como ya me he quedado sin adjetivos que dedicarle les contaré una cosa. Cuando veo a este fuera de serie me da miedo. Me dan ganas de que no siga haciendo jugadas, que no destaque tanto, que no sea tan evidente lo bueno que es, que deje de desencajar la cara de los defensas. ¿Saben por qué? Porque cada vez me asusta más que nos lo quiten, que se lo lleven, que nos lo vendan... que nos digan que es por su bien y que ya se traerá a uno como él o mejor. Es el fútbol reencarnado en futbolista y un milagro así no ocurre todos los días. En nuestro Atleti ocurre muy pocas veces, la verdad.

Y marcó también Forlán, que no está bien últimamente. No está bien porque su necesidad de marcar goles es proporcional a la de una amiga mía porque los marque y se levante la camiseta. Ayer Forlán corrió, defendió y creo ocasiones. Pero al llegar a la portería siempre eligió la peor opción, la menos adecuada.

¿Y el resto del equipo? Bien, gracias. Atento, Leo; bien los chicos en defensa, sobre todo Pablo y Perea; muy bien Raúl García; seguro Camacho... ¿Y los extremos? Pues extremos. Maxi pudo hacer el gol de la temporada y cuajó un partido muy aceptable. Luis García también trabajó pero no tuvo suerte, qué pena.

-“Osea, que un partidazo”, me dicen entre sorbo y sorbo de café.

Hombre, pues tampoco es eso. El Atleti hizo lo que tenía que hacer frente a un rival que en la primera vuelta nos dio un auténtico baño y que hoy no es ni la sombra de lo que era.Y así están las cosas. El Domingo nos enfrentamos ante un Deportivo que viene fuerte y nos faltan tres puntos para asegurar matemáticamente la Champions. No es para irse a Neptuno, claro está, pero si me alegra mucho volver a Europa después de tantos años y disfrutar de unos pocos de esos “miércoles noche fútbol” que tanto me gustan.

Y el lunes al Gaudeamus a hablar de un Atleti que era portada en la prensa deportiva porque tradicionalmente, y no como algo excepcional, disfrutaba de competiciones europeas, sin que eso fuese algo a celebrar.

domingo, 4 de mayo de 2008

Así mejor


Ayer, por primera vez en toda la temporada, abandoné el Fondo Norte y vi el partido en el lateral. En la Tribuna Superior Baja el fútbol es diferente. Te da igual en qué portería ataque el Atleti y no esperas a que la moneda del árbitro decida si en el segundo tiempo el equipo se volcará sobre tu área y veras mejor los momentos decisivos.

Pero además, desde allí, se ve un partido distinto. Desde el lateral, centradito, se computan mejor los cientos de kilómetros que hizo Agüero, el gol que marcó y el que le anularon, su entrega, su presión y su desborde.

También parece notarse más el cansancio de Forlán. Un cansancio que se traduce en inoperancia en los pases, en no ofrecerse como antaño y, en definitiva, en sequía de cara al gol. No seré yo quien critique a un jugador cuyo cansancio es fruto de la entrega más absoluta a lo largo de la temporada, que echa en falta a Simao como el DIC a la fanta de limón.

Pero allí en la lateral, no tienen tanta memoria y le critican. Allí, donde yo veía el fútbol con mi padre hasta hace bien poco, hay muchos señores como mi padre. Critican a Forlán, y a Maxi y a Luís García de forma sistemática y los dos laterales parecen decirles… “Oye, no, hoy no nos critiquéis que lo estamos haciendo bien”, pero toca criticarles. También tienen para Raúl García, otro que sólo obtendrá de esta cronista palabras de agradecimiento, y para Camacho.

Y escuchándoles, una se da cuenta de lo bien que se ve el fútbol en la lateral, pero que echas de menos tu Fondo Norte, donde no se ve ni el vídeo marcador, como Forlán a Simao. Sí, sí, ese sector que aplaude a Reyes cuando saca los corners. Allí en nuestra zona no habrán visto bien el primer gol del canterano, ni lo bien que sacó de esquina Pernía. Pero allí, habrán disfrutado de lo lindo con el tercero de la tarde.

Y es que la alegría de Camacho al marcar ese gol, es la mayor que puede tener el aficionado del Atleti. Hacía tiempo que no veía a nadie celebrar un gol de esa manera, sin rabia, sin dedicatoria, sólo alegría desbordada, mirada al público y sucesión de abrazos con compañeros, banquillo, cuerpo técnico y porque no andaba Indy cerca (¿alguien sabe dónde está?) que si no le deja sin las pocas plumas que le quedan.

Desde esa Tribuna, centradita, todavía queda tiempo para ver más cosas. Por ejemplo, que los tres cambios de Aguirre abandonan el campo con aplausos para una afición que les ovaciona, que sin embargo el Mister no piensa en que al Calderón le encantaría dedicarle una a Camacho y nos la roba, o que desde hace ya mucho tiempo no teníamos ocasión de disfrutar de un final tranquilo.
Ves también a un señor ojeando el “Forza Atleti” premonitorio por primera vez en su historia con el titular “Qué Macho” y en la grada de enfrente a un grupo de amigos bailando la conga, en modo trenecito. En cabeza va un rubio vestido de flamenca pero nadie se extraña, son cosas de este campo, de esta afición que pasa del cabreo a la euforia lo que tarda el Atleti en meterle tres goles a un casi descendido.

Pero hoy estoy contenta yo también. Lejos ya de esa grada da gusto dormir sin tener que preocuparse de lo que hagan el Racing y el Sevilla. Lejos ya del campo da gusto levantarse tarareando el nuevo cántico de los chavales de la Puerta Cero. Hoy recuerdo con una sonrisa como pensaba que no seríamos más de catorce cuando cerca de un centenar rompieron a cantar… “Por un Atleti digno, se tienen que marchar”. Así mejor.