viernes, 29 de febrero de 2008

sábado, puerta 0, a las 19h


Amigo/a rojiblanco/a:


Este sábado hay una convocatoria a las siete de la tarde en la puerta 0 para protestar contra la directiva (Gil y Cerezo). Protestar es algo lícito y legítimo y se hace para mejorar las cosas, independientemente, de que luego no sea así.


Protestar es algo propio de culturas avanzadas y de sociedades libres que saben que aceptarlo todo no es aceptable. No convoca ningún grupo para que nadie se sienta excluido, convocamos todos y lo único que pedimos es asistencia pacífica.


Convocamos a todos los que sienten lástima por nuestra situación deportiva (12 años sin ganar un título) y nuestra situación económica (más de 300 millones de euros reconocidos). A todos los que sienten vergüenza de que nuestro presidente salga en primera plana de un diario deportivo con la camiseta del Madrid, a todos los que quieren que nuestros dirigentes nos escuchen en vez de hacer lo que les da la gana (véase la venta del Calderón)...


Hemos convocado a los medios de comunicación y a todos los atléticos/as de todas las formas posibles. No se trata de buscar la eficacia de la acción sino la acción misma. Se trata de hacer lo que debemos hacer, independientemente de si somos 50, 100, 200, 500 ó 1500. Medita, piensa, reflexiona... y si este no es tu Atleti, si este no es el club que quieres: Ven, grita, exprésate, si no lo haces ahora ¿porqué crees que lo harás después? Sé valiente, el club te necesita.

miércoles, 27 de febrero de 2008

¿Orgullo atlético?


Hace unas semanas criticábamos a Simao por acudir al cumpleaños de un futbolista del Real Madrid y brindar por la consecución de la Copa de Europa. En ese momento ya sospechábamos que al portugués, un recién llegado a nuestro equipo, nadie le habría explicado lo que significa la historia, la tradición y el orgullo de vestir la rojiblanca. Ayer nos llegaba la confirmación de esta sospecha en forma de colorín en las páginas del diario AS.

Cerezo, con más pelo que nunca (esto es de Cocoon, oigan), aparece sonriente mostrando la camiseta del eterno rival, regalo de cumpleaños del presidente del equipo vecino. Este señor tiene tan pocas luces que no sólo se pone contento con el regalo, sino que inmortaliza la imagen para un fotógrafo del diario deportivo.

En ningún momento se plantea cómo puede sentarles a sus aficionados, hartos de la prepotencia del vecino, de los agravios comparativos, del ninguneo de la prensa que prefiere un catarro de Raúl a un partido importante del Atleti, para ilustrar su portada.

Pero al margen de la opinión que pueda generar el gesto de Cerezo, ¿qué atlético posaría tan contento con esa camiseta? A mí, supongo que como a muchos de ustedes, me han hecho regalos con ese escudo. Una broma, claro, como la gastada por Calderón a Cerezo. Pero les aseguro que si hubiese tenido que posar con un regalo semejante, la camiseta estaría en otro sitio. La foto sería de espaldas.

Hablamos mucho por aquí de la pérdida de identidad del Atleti, fruto de una gestión que busca más la explotación de una marca comercial que el triunfo de un equipo deportivo. Frente a nuestra triste realidad, hoy sólo nos queda mirar al pasado y recuperar el orgullo de ser atléticos a través de nuestra historia, a través de aquellos que hicieron grande a este equipo que ahora sus propios dirigentes se empeñan en ensuciar.

Por eso les digo, que no pierdan más el tiempo en mirar esta foto y acudan esta tarde al Hotel Rafael Pirámides a escuchar lo que tienen que contarles Enrique Collar, Feliciano Rivilla y Bernardo Salazar en el III Forum Gaudeamus, “De Cuatro Caminos al Manzanares”. Ellos, sí les harán sentirse orgullosos de ser del Atleti, por mucho Cerezos que padezcamos.

lunes, 25 de febrero de 2008

Quidditch


Para jugar al Quidditch (sí, estoy con el último de Harry Potter) sólo hacen falta 7 jugadores: 1 guardián, 3 cazadores, 2 bateadores y 1 buscador. Si el buscador es bueno, está todo hecho. Con que atrape la snitch dorada una sola vez, el partido se acaba y se ganan 150 puntos.

El Atleti, que se ha olvidado de jugar al fútbol, bien podría dedicarse a este deporte. Yo, la verdad, sólo le veo ventajas.

Ahora que hay que acondicionar La Peineta, estamos a tiempo de modificar los planos y por cuatro duros más, nos lo dejan como nuevo. Los de Nike también le pueden sacar partido. Para jugar al Quiddith no hacen falta rayas rojas y blancas, un pijama como el que llevaron ayer los nuestros, va bien y, además, pueden encontrar nuevos espacios de patrocinio en las escobas.

El público, que con la que está cayendo, ni siente, ni padece, vería un espectáculo nuevo. Se acabó “el día de la marmota” y, aunque nos traspasen al Potter de turno (si un equipo grande viene a por él, claro) siempre nos quedarán otros dos que sepan manejar la escoba con maestría.

Para el fútbol, sin embargo, todo es más complicado. Si de 11 jugadores, sólo valen 3 y 2 no pueden jugar, pues tenemos un serio problema. El Atleti se ha derrumbado como un castillo de naipes, está vez sin mago que lo maneje.

Cuando escribí la crónica del partido contra Osasuna en la primera vuelta, titulé “un partido como los de antes”. Por aquel entonces, y justo antes del partido del Barça, nuestro equipo estaba mostrando su mejor juego, su mayor conjunción. Sí, habíamos asistido ya a los primeros fallos en defensa, anticipo de la tónica zaguera durante toda la temporada. Pero pese a todo, nos maravillaba esa facilidad del equipo para hacer goles, llegar con peligro y trenzar jugadas. Recuerdos de otras temporadas, de cuando éramos pequeños y acudíamos al Calderón con la seguridad de que un partido como ese estaba “chupado”.

Ayer, el Atleti, saltaba al Sadar (¿Reyno de Navarra?, anda ya...), con desconfianza. El varapalo del Bolton pesaba en el ánimo de los jugadores y las bajas, sobre todo las de Agüero y Raúl García, no anticipaban nada bueno.

Llegué a casa, a las cinco y cinco y ya íbamos perdiendo por dos goles: “mejor, me ahorro el partido, los doce euros y el cabreo”. A los 25, tras el gol de Forlán, ya estaba llamando a Digital + como una desesperada. 12 euros por ver nada. Dos ocasiones de Reyes y Jurado, a 6 euros cada una.

Ilusa de mí, que todavía confío en que este equipo le eche valentía para superar una situación adversa. Ilusa de mí, que sin pensar que contra un equipo como el Bolton, no se pudo marcar un gol en 180 minutos, ayer volví a suspirar por que se diera la vuelta al marcador.

Dicen que a Aguirre le pueden quedar dos telediarios. Le han ratificado en el cargo y ya saben, en el Atleti, eso es lo mejor que te pueden decir... para echarte a temblar, claro. Desde luego si su continuidad depende de lo que hagamos el sábado ante el Barcelona, debe de estar preocupado. El Atleti ha agotado todo su colchón, es increíble que siga en zona Champions y ya siente en la nuca el aliento de los perseguidores, de los que llegan al momento clave de la liga, frescos y motivados.

Y Lord Voldemort, el que no debe ser nombrado, en el palco, tan tranquilo. Mientras la afición siga hechizada no tendrá problemas para hacer y deshacer a su antojo. Sabedor de que este es su equipo. ¿De fútbol?. Da igual, la marca vale. Incluso para jugar al Quidditch.

viernes, 22 de febrero de 2008

RUTINAS por Fernando Ballesteros


Me gusta darme una vuelta por aquí después de cada partido. Muchos días, más de los deseables, entras con la moral por los suelos para comprobar como respiran otros que están igual que tú y te vas con algo de esperanza. Hoy, me asomo como invitado y tengo la impresión de que voy a ser incapaz de encontrar un motivo para el optimismo.

Porque si, ya estamos fuera de la Copa de la UEFA. Nos quedamos sin Europa a las primeras serias de cambio igual que nos quedamos sin Copa del Rey. Bueno, igual no....parecido. Como ante el Valencia nos deja fuera un equipo que te deja la impresión de que es aún peor, vamos que ni se lo creen. El desarrollo de los partidos muy diferente pero la sensación de impotencia, la misma.

Teníamos bajas, claro. Dominamos, faltaría más. Tuvimos más ocasiones e Incluso para que no faltara nada, me parece, porque no está el cuerpo para repeticiones, que se fue un penalty en el área inglesa al limbo. Minucias. Se jugó muy mal al fútbol y el problema no fue sólo de puntería a pesar de que la tentación de simplificarlo todo a aquello de "la bolita no quiso entrar" es muy fuerte.

Yo que llevo repitiendo unos cuantos años ya la misma secuencia de estados de ánimo desde que comienza y hasta que termina la temporada, a estas alturas suelo dimitir de intentar analizar con la pizarra en la mano. Hace tiempo que los fracasos deportivos los veo como una consecuencia lógica del proceso de descomposición que vive mi Atleti.

El que le da vueltas al partido una y otra vez pensará ahora en aquella que falló Luis García, otro dirá que con el Kun hubiéramos pasado, alguno de los miles que siguen sin explicarse que hace Cléber Santana vestido de jugador del Atleti echaría de menos a Raúl y el optimista incorregible estaría ya intentando cuadrar las fechas en el curro para el viaje a Lisboa. La realidad es que la de "chupetín" García no entro, que el argentino no estaba ayer, que la gran apuesta de García Pitarch era el que deambulaba ayer por la medular y que a Portugal van a viajar los señores ingleses que vinieron ayer al Calderón y que, por cierto, estaban mudos.

La realidad, en fin, es que aquí no hay casualidad que valga. Que los males van mucho más allá del mazazo de ayer, con una plantilla descompensada y en la que conviven cuatro o cinco grandes futbolistas con otros muchos que no dan el nivel.

Y en estas estamos. Hundidos, desilusionados y todavía dolidos porque hay rutinas a las que no terminas de acostumbrarte aunque te parezca que estás curado de espanto.

Y no será que no lloré cuando era un crío con la faena aquella que nos hicieron los del Sión que eran incluso peores que estos de Iván Campo y con la remontada que pudo ser y no fue contra el Boavista o con los goles que llegaron tarde contra Timisoara ( aquí ya talludito) o Vitoria. Pero es que lo de ahora es peor. Ocho años sin enseñar la cara por Europa para esto.

Nos vamos, eso si, sin una voz más alta que otra, no vaya a ser que nos quiten el honorífico título de "mejor afición del mundo" que de un tiempo a esta parte llevamos tan a gala como único botín. Y si protestas más de la cuenta, ya sabes, algún vecino de localidad te puede mandar a la Castellana en un periquete. A protestar al Bernabéu dicen.

Pero ocurre que somos del Atleti. Sucede que hemos conocido otro Atleti, que ganaba, mucho menos que otros, claro y que sufría a horrores. Si, sufría porque competía con tantas aspiraciones como el que más y con menos medios y eso, entre otras muchas cosas, lo hemos perdido.

Porque hoy, después de doce años sin títulos, ya sólo nos queda echar cuentas para ver si seremos capaces de mantener el cuarto puesto y esas no son las que echaba con mis cuatro o cinco compañeros atléticos de clase en el colegio.

Cabe preguntarse si la grada va a reaccionar alguna vez. Yo, para variar, vaya día llevo, no soy optimista. Motivos ha habido ya de sobra para hacerlo y aquí no ha pasado nada. "Bianchi dimisión" "Aguirre cagón" "jugadores mercenarios".....como éstas unas cuantas. De los de arriba, de los condenados por el Supremo, de los que se hicieron con el club sin soltar la gallina, ni pío o muy poquito.

En los tiempos duros del gilismo, al que protestaba contra el régimen se le abucheaba, era enemigo y si se descuidaban se llevaba un recado. Hoy en día, protestas contra el palco y tus compañeros de grada te miran con escepticismo, no lo pueden creer. Se preguntan qué coño estás diciendo, si la culpa de todo es bien sabido que la tiene Aguirre.

Señor Cerezo, usted que dijo que habría que seguir jugando a la lotería todos los años para ver si al final tocaba y que, tengo para mi, que la mayoría de las veces compra décimos de sorteos que ya han pasado, no ha estado nunca tentado de marcharse? Al final, lo hará, tras el reparto con su jefe. Esperemos que no sea demasiado tarde.

P.D. Los próximos días serán pródigos en fichajes: jugadores casi atados, flecos, proyectos ilusionantes, dos jugadores por puesto, plantilla compensada, este año si......Heitinga, Ujfalusi, Diego......añadan el nombre que quieran. El humo cegará nuestros ojos. Rutinas.

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Fernando Ballesteros es periodista y director del programa GOLES en City FM

lunes, 18 de febrero de 2008

Una promesa



Lo del Atleti es serio. Muy serio. Te descorazona totalmente, te deja fría, no llegas a acostumbrarte. Mira que ayer, tras la pésima imagen de Bolton, nadie debía esperar nada ya de este equipo, pero vuelves a hacerlo de nuevo. Ves los resultados de los demás equipos y empiezas a hacer las cuentas de la lechera, vas arañando los gramitos de ilusión que te quedan y cuando faltan dos horas para que empiece el partido ya estas poniéndote la camiseta y la bufanda y dirigiéndote al Manzanares.

Y casi lo haces disculpándote ante la incredulidad de los tuyos, que no comprenden que atravieses Madrid entero, en una noche de lluvia, cuando al día siguiente hay que madrugar para ir a ver a este equipo. Ayer pensé mucho en esto. En qué es lo que me motiva a ir al campo y no quedarme en casa con mi familia y ver el partido en el Plus.

Supongo que me pasa lo mismo que a todos, que no te resignas a la realidad de este Atleti que nunca sabe aprovechar esos “todo a favor” con los que se encuentra a lo largo de la temporada. Que siempre piensas que un día todo cambiará y el juego del equipo será diferente, que el jugador que te gusta hará un partidazo y podrás escribir eso de “ya os lo decía yo”, que el Kun hará una genialidad, que Forlán se saldrá, que la defensa no cometerá fallos, que se encontrará con un equipo sin grandes credenciales y lo aprovechará. Que verás a los amigos y compartirás con ellos cervezas y goles, que hablarás de fútbol, que te reirás y que el lunes te despertarás con unas sonrisa de lunes más dulce.

Pero no es así. El Atleti nunca es así y yo, a estas alturas, no creo que cambie mi forma de ser. No dejaré de ir al fútbol y seguiré ilusionándome cada domingo y cada jueves, soñando con que remontamos una eliminatoria y que las cosas salen bien y que nos iremos de viaje a ver una final y que habrá más Lyons y más Zaragozas y más Sevillas y más Valencias... y que el Atleti volverá a ser aquel equipo de casta en el que si un año no quedábamos terceros, el césped se llenaba de almohadillas. Con una afición que no paraba de animar, que se comía a los árbitros, que exigía, que se volvía al palco cuando era necesario.

Y será así porque un día, esperando a la puerta de un quirófano, me prometí a mi misma que nada merece la pena salvo el bienestar de la gente a la que amas y que es absurdo preocuparse por lo que no está en tu mano solucionar. Y esa promesa, que ayer recordaba, es la que me hace que hoy intente apartar el disgusto y el cabreo y pensar en el partido del jueves, que tendré que vivir lejos del Calderón.

Y es esa promesa la que hoy me impide hablar de Pablo, de Eller, de Pernía, de la injusta expulsión de Luis García y de lo barato que es pitar en el Calderón. La que me impide contarles el estupor de ver a la gente abandonando el estadio en el minuto 40, sin una voz más alta que otra, de la profunda vergüenza que me produjo escuchar las simplistas declaraciones de Enrique Cerezo en “El Larguero”. Porque si hablo de todo esto, (y también de Jurado, del tiro al larguero de Luis García, de la chilena del Kun) el Atleti pasará a ser algo serio, trascendente y preocupante. Y un día, esperando a la puerta de un quirófano, me prometí a mi misma que nunca más.

domingo, 10 de febrero de 2008

Un dos en la quiniela


Llevo años haciendo la quiniela y nunca he puesto que pierda el Atleti, ni siquiera que empate. Es una de esas costumbres que con el uso se convierten en tradición, como empezar el periódico por la última página y leerlo al revés, no llevar nunca ropa de “colorines”, cruzar los cordones de las zapatillas o que en la nevera haya siempre al menos media docena de Mahous.

Una, que con el paso de los años va haciéndose cada vez más maniática, ya ni se plantea renunciar a las camisetas negras, dejar los cordones de serie o no hacer oídos sordos a quien canta las alabanzas de la Cruzcampo. Sin embargo, el viernes me planteé que ya era hora de dejar de hacer las quinielas con el corazón y que lo mejor sería poner una X en el tercer casillero.

Desilusionada y aburrida con el juego del equipo, no hice más que cabecear durante los primeros 20 minutos del encuentro, mientras que mi padre, que con el paso de los años cada vez es más maniático, comenzaba la letanía de cada domingo: resoplido, manos arriba, insulto, manos abajo, suspiro… en una cadenciosa serie de 20 segundos medidos.

Ayer, el Atleti, nuestro Atleti, jugaba contra el equipo revelación de la Liga, un Racing fuerte, en zona UEFA, del que se leen alabanzas por su juego y por su sistema y piropos por su entrenador. Un Racing en el que hasta Colsa se está reivindicando (si hombre, no se rían, que "el Mochila" ha declarado que al final casi acabas deseando salir del Atlético, como si su salida hubiese sido poco menos traumática que la del Niño).

Pues ayer, el Atleti que, como saben, está jugando mal y en ocasiones muy mal, que sólo había sumado un punto en la segunda vuelta, que ha caído de Champions y ha sido eliminado en la Copa, que tiene la enfermería al completo y una delantera de esguince y pólvora mojada, hizo del Atleti. De ese Atleti “jodequinielas” y “rompeporras”, de ese Atleti que nunca hace, para lo bueno y para lo malo, lo que de él se espera.

Ya antes del descanso comenzó a hacer aproximaciones al fútbol que nos gusta, al que queremos ver. Fútbol con sentido, con llegada, con toque, con ocasiones. Pudo marcar Maxi y pudo hacerlo Pernía tras un espectacular pase de tacón de Forlán. Pero llegó el descanso y el cero a cero seguía en el marcador.

Y cuando hacíamos cuentas con el empate y la derrota momentánea del Espanyol, apareció la pareja perfecta. Esa pareja que en su primer año de noviazgo ha superado su primera crisis para que la relación salga reforzada. Kun y Forlán, Forlán y Kun dieron muestras de entendimiento, con balón y sin él, de su mágica conexión…

Y yo que he visto jugar a Hugo, a Baltasar, a Manolo, a Vieri, a Hasselbaink o a Torres y que me he dormido escuchando historias de Escudero, de Gárate o de D. Luís Aragonés, no recuerdo una pareja igual en nuestras filas.

Ahora son dos. Dos que están a la misma altura, dos que se desmarcan, dos que marcan, dos que se asisten, dos que celebran sus goles igual que los de su socio, dos que son muy buenos por separado, pero que juntos son aún mejores. Dos como fueron Zarra y Panizo, César y Kubala, Di Stéfano y Puskas… Dos, una pareja.

Ayer fue Forlán, pero pudo ser Agüero. Ayer Forlán firmó dos goles, el primero tras una asistencia "a lo Pablo" de un defensa del Racing y el segundo tras fabricarse solito una jugada y meter un auténtico golazo. Ayer, que el Atleti jugó muy entonado en todas sus líneas, fue Forlán el que puso el dos en la quiniela.

Ayer volví a decir que no tengo que rellenar las casillas con el corazón. Ayer, tuve trece y no fue por culpa de Forlán. Falló el Valladolid.

lunes, 4 de febrero de 2008

Crónica en tres actos


16.00 horas – Antes del partido

El pasado jueves surge en un foro de Internet la iniciativa de convocar una concentración en la Puerta Cero del Calderón una hora antes de cada partido para expresar el malestar de la afición con la gestión de la Junta Directiva. Rápidamente la convocatoria se extiende al resto de foros y la comunidad atlética en Internet se cita a las cuatro de la tarde del domingo.
No seremos muchos, pienso yo, por la premura de la convocatoria. Eso sí, toda esa gente que no podía “vivir el espíritu del 26” y que exigía que las concentraciones se celebrasen en día de partido, ésos estarán todos.
Pero ayer fui más consciente que nunca de lo muerta que está esta afición. Muerta para exigir al equipo que gane en casa a un contrario que lucha por el descenso, muerta para comerse al árbitro por su pésima tarde, muerta para darle una ovación al Kun cuando se retira llorando y sobre todo, muerta para demostrarle a Cerezo que somos más de 14 mindundis. Hasta en eso se equivocó, ayer no fuimos más de diez y ni siquiera fuimos capaces de encontrarnos.
¿Qué es lo que motiva a una persona a pasarse horas tras un teclado y qué le imposibilita para acudir a una concentración? Hoy más que nunca siento que el “espíritu del 26 está muerto”, tan muerto como esa afición que no reacciona.

17.00 – Durante el partido

Salta el Atleti al campo y nadie piensa en la derrota, ni siquiera en el empate. El Murcia promete ser el bálsamo que curará nuestras heridas y aunque con imprecisiones, el equipo parece que sale a jugar.
Marca Forlán y hago el ridículo, abrazos de oso a los de al lado, palmadas a los de delante, gesto de rabia con el puño y cuando saco el móvil para llamar a mi padre me doy cuenta de que nadie lo celebra. El árbitro lo ha anulado, dicen en la radio que bien anulado. El árbitro me parece penoso, más que nada por la falta de coherencia con las faltas, por lo mal que aplica la Ley de la Ventaja, por las continuas interrupciones del juego, por pitar los córners que no eran para desdecirse al segundo... y por el penalti. Dirán los puristas que el abrazo de Eller es penalti aquí y en China. Sí, lo es. No lo dudo. Tanto como el cometido sobre Agüero, tanto como el que le hacen a Raúl García en el segundo tiempo. Un penalti, además, que sólo pitan en el Calderón, el campo más cómodo para arbitrar.
Y resulta que el Murcia se pone por delante y el Atleti comete imprecisiones, no lleva el balón, no da un pase, no disfruta jugando. Forlán tiene que bajar al centro del campo, Maxi está inexistente, Simao se ha retirado (cansado debe de estar de brindar por Champions ajenas).
Luis García firma el empate con un fantástico zurdazo y aunque todavía hay tiempo para firmar la remontada, el Atleti de hoy no remonta ni las cuestas de “Cantocochinos”. Y encima el Kun se lesiona y una sólo puede pensar que sin este jugador, se acaba el equipo, el Atleti del Kun. El equipo está fundido, sin bandas y sin mordiente. No se le ve estrategia ni para jugar el balón, ni a balón parado. De todo esto ya hemos hablado. No es cuestión de repetir la fotocopia. El Atleti 2008 anticipa un final que a todos nos suena.

Después del partido – 19.00 horas

Voy en el autocar de la peña hacia casa y escucho en la radio que Leo Franco ha agredido al jugador que lesionó a Agüero. Y lo siento mucho, pero tengo que disculparlo. Es más, tengo que aplaudirlo. Cada domingo siento impotencia al ver como los defensas se tiran a los tobillos del chico con total impunidad arbitral. En sus medias se lee ya “coto privado de caza” y estaba claro que más tarde o más temprano iba a acabar lesionado. Lo peor es que cuando cae, los árbitros le hacen gestos displicentes para que se levante ya se sabe lo “tramposo” que es.
Y por eso, este puñetazo que hace justicia a todas esas entradas escalofriantes se convierte en la buena noticia de la tarde, porque demuestra que hay vestuario, que hay compañerismo y que todavía queda algo de sangre. Sangre. Esa que tanto necesita nuestro Atleti. Esa que le falta a nuestra afición.