miércoles, 26 de diciembre de 2007

Cerezo y el traje nuevo del Emperador


Cerezo tiene un equipo de fútbol y a todos les hace mucha gracia. En realidad, no posee el 100%, ni tan siquiera llega al 20%. Pero el club es suyo porque él es el emperador del Atlético de Madrid y lleva un traje nuevo.

El socio de Cerezo, el que se sienta a su lado en el palco (todo lo hace de lado, la verdad) maneja otro 72%. No se crean que se han hecho con el equipo gracias a los votos de los abonados, ni siquiera han tenido que empeñar su patrimonio o recurrir a unos inversores norteamericanos. No.

Una sentencia del Tribunal Supremo reconoce que la familia Gil se hizo con el paquete accionarial de forma fraudulenta, sin efectuar desembolso alguno. El delito de apropiación indebida fue declarado prescrito y pese a todo, pese a que los tribunales reconocieron que habían cometido un delito, estas dos personas siguen sentándose en el palco como si nada hubiera pasado. ¡Qué bonito es el traje nuevo del emperador!

A la prensa madrileña también le gusta alabar la nueva vestimenta. Tan rigurosos y objetivos con los desmanes de otros dirigentes del fútbol español, todo son parabienes para los dueños del Atleti.
Si hay una cuota de “minutos denuncia” que ésta sea para los Pitermans, Soleres o Villares, si hay unos renglones libres, mucho mejor recoger las declaraciones siembre “buenrollistas” de Cerezo. Si el equipo encadena dos buenos resultados seguidos, D. Enrique se descuelga diciendo que hay equipo para ganar la liga y que este Atleti tiene aspiraciones en todas las competiciones. Al día siguiente, Cerezo y su traje nuevo, son portada en la prensa.
Sus declaraciones son flor de un día, eso sí. Porque nadie le pregunta ya que fue de aquello de “o vendemos a Torres, o vendemos el Calderón” o que fue de aquel fichaje, hoy frustrado, que filtró a bombo y platillo.

Pero aún hay más, si al desayunar, el emperador se encuentra con unas letras que no le gustan en el diario no duda en levantar el teléfono. Cerezo tiene hilo directo con los directores de los principales medios de comunicación y puede afearles la conducta del redactor de turno que ha esbozado la sombra de una duda, que se ha mostrado disconforme con la gestión o que simplemente ha criticado la confección de la plantilla. Como por arte de magia, esas mismas páginas recogerán alabanzas imperiales unos días después. ¡Qué bonito es el traje nuevo del emperador!

El próximo 14 de enero, Cerezo y Gil Marín, tendrán que visitar el Juzgado 74 de Plaza Castilla. Allí, una jueza tendrá que decidir si prospera la demanda de un grupo de pequeños accionistas en el Juicio Ordinario de Impugnación de Acuerdos Societarios tomados en la Junta de Accionistas del Atlético de Madrid del mes de Junio de 2003.

En esa Junta, como se ha vuelto a hacer después, se aprobó una ampliación de capital con canje por deuda que aseguraba a los “propietarios” que en caso de tener que devolver sus acciones, éstas ya no representarían un porcentaje mayoritario. Buena estrategia.

Espero, señora, que sea valiente, que investigue y conozca la verdad. Hay un grupo de personas (unas 14 más o menos) que llevan un tiempo diciendo que el traje nuevo del emperador no es bonito, como dicen todos. Que está cosido con puntadas transparentes, con tejidos invisibles. Escúcheles, magistrada, el emperador está desnudo en el palco. No tiene traje nuevo. El Atleti… no es suyo.

domingo, 23 de diciembre de 2007

Y el gol que no pudimos evitar



El Atleti, que ayer era tercero y estaba en zona Champions, hoy es quinto y ha dormido en puesto UEFA.

El Atleti hoy es quinto porque si mira hacia arriba verá a los cuatro equipos que le han ganado esta temporada y si mira hacia abajo verá a equipos inferiores como Almería, Murcia, Recreativo o Mallorca, contra los que sólo ha podido empatar.

El Atleti hoy es quinto porque no supo ganarle al Madrid en el primer partido de liga, porque perdió inapelablemente en el Camp Nou, porque no dosificó su ventaja ante el Villarreal y porque ayer perdió ante el Espanyol, con coartada arbitral.

No me voy a entretener mucho en hablar hoy del árbitro (hay cosas que me producen mucho cansancio y hablar de los árbitros es una de ellas). Creo que las dos expulsiones son demasiado rigurosas y que con ellas el árbitro regaló el partido al contrario. Entre medias, para ser justos, también perjudica al Espanyol en otras dos jugadas clave.

Tras la expulsión de Agüero se rompió el partido, pero también es cierto que hasta ese momento el Atleti estaba siendo inoperante. Aún así, y con todo en contra, se puso por delante en el marcador en una jugada a balón parado. El del gol de la alegría frente a los griegos, Simao, repitió de falta para dejarnos soñar un poco más.

No fue posible. La épica no dio para más. Con el Espanyol volcado y con superioridad física y numérica sobre el césped, el Atleti sólo pudo apretar los dientes y contar los minutos que faltaban. De nada sirvió que el delegado del equipo mandase a los recogepelotas que se escondiesen tras la valla, como tampoco la mirada furibunda de Abiatti a un periodista que se le ocurrió facilitarle el balón. Tamudo empató ante la pasividad de un Eller que se frenaba para no tener que despejar.

A cinco minutos del final, Luís García hizo el gol de la victoria. Un gol que estaba cantado, que todos veíamos venir. Con un atlético entregado, resistiendo agónicamente, sólo los remates de Forlán, del gran Forlán, pudieron escribir otra historia heroica, con un final distinto. No fue así.

Pero como no he hablado mucho del árbitro, pese a todo lo que le insulté en la grada (que eso no cansa tanto) y me quedan unos cuantos renglones por rellenar, permítanme que les dé mi opinión sobre el "affaire" Maniche.

Hasta el momento sólo conocemos especulaciones que los medios nos cuentan para explicarnos porque Aguirre ya no cuenta con él. He oído de todo: desde su falta de compromiso, su negativa a viajar a Granada (aludió molestias en la rodilla para hacer pellas), las marchas nocturnas… etc. Estoy de acuerdo en que si el jugador se está borrando voluntariamente habrá que tomar medidas, pero creo que es de muy poca inteligencia hacerlo justo en este momento, cuando Motta no se ha recuperado de su lesión.

Con esto quiero decirles que prefiero a Maniche con resaca, a Maniche con el puntillo y a Maniche borracho perdido que a Cleber Santana (por favor, por favor, no se pierdan la entrevista que le hacen en la revista de humor que se entrega a la entrada del Estadio, en la que reconoce abiertamente que si no fuese futbolista sería profesor de Samba. Este es profesor de Samba en Brasil y acaban cambiando el Carnaval por la Procesión del Silencio, se lo digo yo). Por lo tanto, no me parece oportuno apartar ahora a Maniche del equipo. Un jugador que, además, este año, no lo estaba haciendo nada mal. Si luego a final de temporada o cuando la situación del equipo lo permita, quieres tomar medidas, será el momento para hacerlo.
En fin, señores, que el equipo muestra sus carencias y por ellas, o pese a ellas, estamos hoy quintos y hemos dormido en UEFA cuando ayer éramos terceros y estábamos en Zona Champions. Y pese a que felicitar las fiestas me cansa casi más que hablar de los árbitros, les deseo a todos ustedes que pasen unas buenas navidades, que no les manden muchos sms de esos tan tontos y repetidos, que beban y coman cual Maniche desatado.... Que el nuevo año les traiga menos robos arbitrales, menos patadas para el Kun y un Atleti campeón como, por historia y por ustedes, corresponde.

viernes, 21 de diciembre de 2007

El gol que marcamos todos



Sí señores, no iba vestida de corto, pero el gol del Atleti en el minuto 94 lo marqué yo de falta directa. Bueno, lo marqué yo, aunque también lo marcaron mi amigo Nacho, Juan Carlos, Tomás, Pepe, Paquito desde el Fondo Sur, María José en la lateral, los de la Peña de Patones pegaditos a la valla, la señora rubia de delante y todos los atléticos que a esa hora aguantábamos en la gélida y mojada grada del Calderón.

Lo marcamos nosotros y también Simao, que nos ayudó a meterlo, porque fue un gol de fe. Nadie dudó ayer de que ese disparo acabaría entre las mallas, nadie desconfió en ningún momento de que la victoria era nuestra. El Fondo Sur lo celebró desde el mismo momento en que el árbitro señalaba la falta al borde del área, muy cerca de esa línea borrada por la lluvia.

Permítanme que siga hablando del público, de los pocos que ayer nos dimos cita en nuestro estadio para recibir a unos griegos correosos y organizados que nos quisieron hacer la vida imposible. Ayer el estadio fue uno, una misma persona, animando. Animando más cuando el marcador se puso en contra, brindando un sentido homenaje a Antonio López (gracias, Frente Atlético), cantando una y otra vez el “yo te quiero Atleti” y empujando al equipo hacia la victoria como hacía tiempo que no se veía. Ayer volví a sentir de nuevo el orgullo de pertenencia, la alegría de ser del Atlet¡, la fortuna de estar rodeada de gente con el mismo sentimiento.

Vendrán otras noches europeas, pero creo que el partido de ayer, por la magia que encerró ese gol postrero, tan ajena a nuestros desenlaces acostumbrados, tardaré en olvidarlo mucho tiempo.
La victoria y la cabecera del grupo, sin embargo, no deben de enmascarar algunas de las cosas que ayer vivió el Atleti sobre el terreno de juego. Tanto sufrimiento tendrá que transformarse en lección aprendida, en moraleja para el futuro. Ante un equipo como el de ayer y tal y como estaba el terreno de juego, el equipo no puede empeñarse una y otra vez en jugar por el centro, en dar pasecitos horizontales, en retrasar el balón.

La segunda lección les tiene que decir que la intensidad y la velocidad hay que aplicarla desde el primer minuto hasta el último. Si el primer disparo a puerta llega en el segundo tiempo, algo está pasando y no es bueno.

En su haber tiene el Atleti que la defensa está mejor (salvo en el gol de los griegos, error de Antonio López que Ze Castro no sabe corregir), que se crece ante un resultado adverso y lo ya reseñado en otras crónicas, que hace valer en todo momento su derecho a ganar, a pensar sólo en la victoria.Aguirre, en mi opinión, acertó ayer. Consciente de que el empate no servía para nada, se la jugó con dos cambios de carácter ofensivo. Simao salió por Cléber Santana, que un día más demostró que no es jugador para el Atleti, y Reyes por el indolente Ze Castro.
Luis García ponía el empate en el marcador (me fui del campo convencida de que el gol lo había marcado Reyes), el árbitro mandaba al otro García a la ducha y el público ( los pocos que quedábamos) seguía con su copla. Y llegó ese gol de fe, ese gol de Simao, ese gol de todos nosotros... que ponía fin a la noche y principio a esta historia.

lunes, 17 de diciembre de 2007

Pocas cosas



A lo largo de su historia, la humanidad ha sido objeto de grandes afrentas, injusticias, masacres y holocaustos. Junto con las atrocidades cometidas por los nazis, por el Tribunal de la Inquisición o por el pirata Morgan, en los libros de historia debe figurar el gol que con la mano, hace ya dos años, metió el Kun Agüero en el mismo campo que ayer visitaba el Atleti.

La prensa se encargó de avivar el fuego previo al choque no fuera que a alguien se le hubiera podido olvidar tamaño “crimen”, la grada se encargó de dar el recibimiento oportuno al “villano” y el árbitro de hacer justicia con la memoria histórica.

Poco, muy poco tengo que contarles hoy. El Atleti empató a cero en Huelva y el resultado sabe a poco.

Pudo ganar el Atleti que tuvo más ocasiones. También pudo hacerlo el Recreativo, me dirán, pero esa defensa diezmada y que tan mal empezó la liga y un Abiatti cada vez más seguro bajo los palos se encargaron de desbaratar las pocas ocasiones del equipo local.

En el centro del campo añoré a Maniche. Ese que cuando está sobre el terreno de juego apenas sale en las crónicas y que ayer demostró, con su ausencia, que es pieza clave en el Atleti de esta temporada. Le eché de menos yo y Raúl García, su compañero habitual, y eso que Cleber Santana fue de menos a más y jugó mejor que en otros partidos. Cosa fácil, por cierto.

Maxi hizo de Maxi, un poco más gris. Protagonizó una de las jugadas de la jornada cuando cayó en el área, trabado por el portero. No pasaba nada, ahí estaba el uruguayo Forlán para recoger el balón y aprovechando la ley de la ventaja, marcar el primero de la noche. Eso pensamos todos, hasta los comentaristas de radio y televisión. Todos menos Dauden Ibáñez (sí, sí, el del derby) que consideró que Maxi se había tirado a la piscina y que la jugada quedaba invalidada.

El Kun, abroncado por la grada y acosado sobre el terreno de juego, dispuso de varias ocasiones que no pudo materializar. Algo que llevó a Aguirre a pensar que seguiría así hasta el final del partido y que le llevó a sustituirle, junto al portugués Simao, por Luis García y Reyes.

Sólo el Kun, o su socio de correrías, el inconmensurable Forlán podrían haber batido ayer a Sorrentino, pero Aguirre no lo estimó así y privó con sus cambios al Atleti de una de esas genialidades “resuelve partidos” y “suma tres puntos” a las que nos tienen acostumbrados nuestros delanteros.

Un punto que sabe a poco, porque esta vez la victoria también hubiera llevado un nombre propio en su dedicatoria: el de la hermana de Antonio López que fallecía el sábado tras una larga enfermedad. Ánimo Antonio, todos los atléticos estamos contigo. Ana, descansa en paz.

miércoles, 12 de diciembre de 2007

Aquel Atleti, aquel Granada de Lalo


Eduardo Gómez Lalo, llevó al Granada al Calderón en la copa tras “cargarse” al Villarreal y al Valencia en la que fue su última aventura en los banquillos. El Atleti había llenado los Cármenes quince días antes, llevándose la victoria y dejando la eliminatoria prácticamente sentenciada.

Aquel Granada C.F. jugaba de cine, como siempre han hecho sus equipos. De cine. Al margen de resultados, al margen de presidentes.

Durante estos días, previos al nuevo enfrentamiento con este otro Granada, me he acordado mucho de Lalo, el “viejo profesor” que me hizo ver el fútbol con otros ojos cuando yo empezaba en esto del periodismo y él ya estaba de vuelta de todo. Lalo, jugador del Oviedo, del Granada, del Murcia... era el fútbol reencarnado en un futbolista diferente, con una cualidad que años después popularizó en todo el mundo Johan Cruyff, su imparable cambio de ritmo. Reposado, de repente salía como una flecha, como un látigo, cuentan los que tuvieron la suerte de verle jugar.

Como entrenador, no traicionaba su ideario por nada ni por nadie. Lalo sólo sabía jugar al ataque, sólo sabía jugar a ganar. Ama el fútbol, a veces de forma enfermiza. Yo bendigo aquellas prácticas que cruzaron nuestros caminos en una fría sala de prensa de El Ejido.

Ayer, futblogeras tenía carta suya... para hablarnos de aquel partido, de su último enfrentamiento con el Atlético de Madrid.
“Con la noticia del enfrentamiento con el Granada, las peñas calladas – en su primer año en el infierno – se movilizaron y aparecieron por toda la provincia. Yo, ansioso por enfrentarme al Atleti, me acordaba de cosas que "Lobito" Hernández me contaba, especialmente, de Silva y Ben Barek.
Abellán y toda su parafernalia se desplazaba a Los Cármenes con el "Tirachinas". Con más éxito que un circo en la feria del Corpus. El club no paraba de recibir peticiones y quién les escribe, idem de idem. La cosa fue tan impresionante que dos días antes del encuentro se concertó con una empresa la colocación de más de 2.000 gradas supletorias y se consiguió en un tiempo récord.
Gratos recuerdos, pese a haber sido eliminados. No obstante, debo decir como disculpa que el Granada no lo hizo nada mal y que se encontró con algo inesperado, el portugués Dani que vino precedido de una gran fama, sacando el tarro de las esencias en las dos confrontaciones. Puedo decir, sin temor a equivocarme, que fue clave en la eliminatoria. Después se fue diluyendo dejando el club con más pena que gloria.
Hoy nuevamente vuelve el Atleti de Madrid a Granada, encuadrado en la liga y en la Copa, con una plantilla excepcional. Sin embargo, su rival es un equipo de Murcia que se ha venido aquí y se ha afincado en Motril. Es un asunto incómodo, no sé como calificarlo. Un infiel en la cruzada, un vecino no invitado. Cosas del fútbol de ahora. Inexplicables, como tantas otras.”

martes, 11 de diciembre de 2007

POSTAL DANESA, por María José Navarro

Querida Helena:

Te escribo esta postal desde Copenhague con la seguridad de que ocurrirá como ocurría cuando aún usábamos Correos. Que llegará tarde, cuando hayan pasado un montón de días, cuando ya no tenga gracia, y cuando el Atleti ya haya jugado otro partido y lo importante sea tu crónica.

El caso es que me han destrozado la maleta. Perdona por empezar por cuestiones tan particulares. En tres compañías aéreas, en tres, ni más ni menos, tengo estampada mi firma debajo de una reclamación. En la SAS y en la BA, aún tengo posibilidades de que me paguen la maleta. Incluso de que en la SAS me paguen lo que me costó la cámara digital que me han destrozado con la maleta y donde había inmortalizado a nuestros chicos. Pero no tengo ninguna esperanza con Hola. Sí, es que la compañía que monta los vuelos charter del Atleti se llama Hola. Aunque después, en el avión, ese Hola no se vea por ningún sitio y en Copenhague me vuelvan loca para localizar el vuelo y firmarme un papelito con la descripción de lo que era una maleta y una cámara o así.

El avión del Atleti lleva el escudo serigrafiado en los reposacabezas. Y en cuanto se mueve, suena el himno. Yo no tengo nada en contra del himno, todo lo contrario, pero en esa circunstancia, parece excesivo que suene. La gente se mira con cara de pudor. Porque suena un rato largo. Al final del pasillo aparece Cerezo y su tipito, y le encuentras todo el sentido a la megafonía.

Cerezo, de cerca, impresiona. Y deja olor a canción de Jorge Sepúlveda. A chocolate rancio. A armarito cerrado. A perfume Joya.
Gil Marín es mucho más alucinante. Me encantaría decirte que no juzgo al personal a la ligera, pero te mentiría. Me mola sacar conclusiones apresuradas con un simple vistazo. Bueno, pues este tío es, físicamente, tormentoso. No me extraña que le haya prescrito su delito en el Supremo, porque, con esa cara, los funcionarios no sabrían nunca qué mellizo ha venido a declarar.
Otra cosa distinta es García Pitarch. Tiene un sastre rockabilly. Qué pernera. Qué estrecheces. Qué punta en el zapato tan ideal para pinchar aceitunas. Ese es el tío que ha fichado a Fabiano Eller. Que es un señor que mira de reojo. Eller, digo. Sobre todo, si le vas a pedir que te firme para el blog de una periodista. Oye, si no quieres no firmes. Y me firma de perfil.

Tengo que decirte, querida, que lo mejor del viaje fue descubrir que Maniche es un señor encantador. Y tímido. Lleva un pasamontañas azul de aquellos que nos ponían nuestras madres a traición, pero en cuanto se pone colorado por lo que le dices no le tienes en cuenta esa moda tan arriesgada. Le conté lo nuestro con él. Que ya nos hemos perdonado haber confundido su pecho bajo con una barriga. Que le admiramos a pesar de que no tenemos mucha fe. O que tenemos fe, pero con la fe con la que se cree en el cielo. En cualquier caso, un hombre que se ruboriza es un hombre maravilloso.

Forlán, sin embargo, es perfecto. Pero no es maravilloso. Lee. Sí. Lee. Pero cuando atiende a los aficionados pone gesto aburrido. Y vuelve al libro. Y por primera vez le encontré ventajas a la incultura.

Motta no lee. Motta me enseñó la cicatriz en su rodilla y a mí me pareció el pespunte de un mantelito de té. Qué sinvergüenza es Motta. Y qué alto. Y qué gorro. Y qué bien mira. Y qué simpático es Pernía. No sabes cómo es Mariano de encantador. Y de irónico. Y de listo. Coincidí con él, otra vez, en un ascensor. Iba con Reyes. De Reyes no tengo nada nuevo que contarte, ni nada bueno. Lo mismo podría decirte de Cléber. Tan grande y tan insípido.

Insípido es, también, el Kun. Es un niño que dormita. Que se abstrae. Que no está. Duerme. Siempre. Todo el rato. Excepto en los partidos, duerme. No sale, no pasea, no aparece. No consta. Pero, aún así, firmó para ti. Maxi estaba a su lado, porque Maxi siempre está a su lado. No demasiado cerca, pero cerca. Maxi es el capitán y se lo ha ganado. Su trato con la gente es otro. Es la palabra justa, la broma justa, el tiempo justo.

Con Pablo hablé de la Feria de Albacete. El pueblo, ya sabes, une mucho. Con Luis García también hablé. A quién hay que matar para que juegues, le dije. Y a partir de ahí, miradas cómplices, y saludos amistosos. Bonita sonrisa, por cierto. Vuelve Motta. Y mira. Divinamente mira Motta. Y te atiende. Y te atiende como si tuviera toda la tarde libre.

“Qué pasa, calvo de mierda”. Es Reyes. Saludando a voces a Pernía. A Reyes le quité el papel antes de que te firmara. Chica, yo tengo mis principios. Las chicas del Atleti perdonamos a Maniche, pero no a Reyes. Come con la boca abierta. No te digo más. Y grita. Y a mí ya sólo me gustan los señores que se hacen una sopa de sobre, sí, de sobre, pero que no sorben.

Besos, amiga. Mj

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María José Navarro es periodista. Trabaja en la Cadena Cope y es columnista en el diario La Razón

domingo, 9 de diciembre de 2007

Tres puntos para Fernando


He pisado a una señora en el metro y se ha echado la mano al bolsillo. Ya abandonaba yo el vagón convencida de mi expulsión, cuando me he dado cuenta, que sacaba el último de Noah Gordon y no me hacía ni caso. El loco partido contra el Getafe había terminado minutos antes, pero la sensación de desconcierto me acompañaba hasta casa.

En ese momento, con el Depor adelantándose en el marcador, el Atleti iba segundo. Al final dormimos terceros y no sé a quién atribuirle los méritos.
Mérito tiene el equipo que rompe con la tradición de perder los partidos que tiene que ganar, pero lo hace de tal forma que salimos del estadio dando gracias por las increíbles carambolas que nos permiten disfrutar de la zona champions una semana más.

Ganó el Atleti un partido que pudo empatar, que pudo perder, que pudo meter más goles o salir goleado. La moneda cayó de cara, de nuevo, gracias a la puntería de Forlán y a la falta de ella de los azulones, ayer amarillos.

Como viene siendo habitual se adelantó el Atleti en el marcador y no supo que hacer con esa ventaja. Forlán ponía el uno a cero a pase de Simao. El Getafe, lejos de arrugarse, se fue hacia arriba y el Atleti, en vez de controlar el partido, se fue… hacia ninguna parte.

El partido estaba caliente, mucho. Maniche había hecho una entrada de esas que duelen hasta en el segundo anfiteatro y el Getafe hacía faltas con más frecuencia y facilidad que mi jefe echándome broncas. Y así llegó el surrealimo... primero Agüero, que instintivamente remataba con la mano (justa expulsión), después Litch derribando a Maxi (justa expulsión), más tarde el Pato que por no resignarse a un sombrero de su compatriota Maxi, sacaba la mano fuera del área y veía la segunda amarilla (justa expulsión) y cuando todo parecía ponerse de cara, con Contra, un lateral, bajo los palos y con superioridad numérica, Reyes protagonizaba la jugada incomprensible de la jornada y se autoexpulsaba con una entrada digna de sanción. De sanción de su equipo, digo, porque no hay derecho a esa falta tan dura y tan absurda y que tanto daño ha podido hacer a sus compañeros.

Menos mal que Abiatti llevaba ayer el disfraz de Lorenzo Rico para parar lo imparable, los disparos a bocajarro, los remates de cabeza y los “chuts” envenenados. Con el festival tarjetero del árbitro, el Getafe volcado y el Atleti despistadísimo y sin recursos, al cuarto árbitro no se le ocurre otra cosa que añadir siete minutos más de sufrimiento, como si hubiésemos tenido poco.

Y así se llegó al final, con más pena que gloria y con tres nuevos puntitos que nos mantienen en Champions y nos separan de la UEFA. Tres puntos importantes porque nos separan de nuestra leyenda de pupas. Tres puntos importantes porque nos permiten seguir soñando. Tres puntos importantes porque nos permiten dedicarle la victoria a Fernando Trapero, un seguidor rojiblanco que no podrá volver a disfrutar con los goles del Kun y de Forlán, porque unos asesinos malnacidos decidieron que no merecía vivir por ser Guardia Civil y le ejecutaron cobardemente. Que pena que no haya tarjeta roja para ellos, que les expulse de una vez por todas de nuestro mundo y que nos dejen vivir con libertad. Adios “Polilla”, descansa en paz.

jueves, 6 de diciembre de 2007

Rentabilizando el Abono Total


Perdonen la tardanza. He pasado media jornada intentando aclararme con la retransmisión de ayer y borrar todos los recuerdos en rojo y amarillo, los del otro partido.

Sergio Medina, de hecho, me ha pisado media crónica con su “coitus interruptus” (http://la-grada.blogspot.com/), porque eso fue ayer la retransmisión, un mal “polvo”. Es increíble que no podamos disfrutar de nuestro Atleti en Europa, cuando al Villarreal le estaban televisando en su canal autonómico.

En lo estrictamente deportivo, ya estamos en los dieciseisavos de final de la Copa de la UEFA. Y es buena noticia para este equipo que sigue dando buena imagen y mejorando, no tanto su juego, si no su estrategia. Importante que sepan dosificarse y rentabilizar un resultado favorable.

Es cierto que, acostumbrados a la lluvia de goles y ocasiones de las últimas semanas, el juego de ayer o el del pasado domingo puede parecer más rácano, pero es mucho más ordenado, racional y, en definitiva, efectivo. Mejora el Atleti en defensa, una jornada más. No están Perea, ni Seitaridis, pero Pablo recuerda al que fue, Pernía ha visitado al peluquero de Eller y asusta mucho más, con ese corte de “malote”, Antonio López se defiende en banda ajena y hasta el de la coleta (por cuarta jornada consecutiva), va asentándose, al igual que su look.

Otro que va a más es el portugués Simao. Ayer culminó con un nuevo gol una preciosa jugada con el Kun, que había iniciado Motta. Éste demostró, de nuevo, todo lo que puede aportar, en construcción de jugadas y ayudando a los defensas. Ojalá le respeten las lesiones, que por la mañana volvió a dar un susto a los que consideramos que puede ser clave en el Atleti de este año. También fue suyo el pase en profundidad a Agüero para que cogiese la moto, regatease al portero y marcase a portería vacía. No se confundan. Muchos de esos goles se fallan y acaban colgados en el “youtube” para regocijo de los hinchas rivales. El Kun lo metió. No marra.

El Copenhague, más equipo que el Aberdeen, tampoco comprometió a Abiatti excesivamente. El italiano cumplió bajo los palos y tendrá que seguir haciéndolo durante al menos siete partidos más, los que se va a pasar Leo Franco en el dique seco. Mención especial a una afición bulliciosa que no paró de animar a los suyos (supongo que el frío hace mucho) y a su “cover” del I don´t like mondays. (a nosotros sí nos gustan, cada vez más).

Y en definitiva, que estamos en 1/16 de final y lo del abono total y tal, no me ha salido tan mal. Lo pagué justo después de “la vuelta al cole” y ahora, que la carta de los Reyes Magos de mis hijas parece el inventario del Toys r´us, me vendrá bien para ir al fútbol gratis. Por mucho tiempo, espero. Que así Cerezo gana menos y el Atleti más.

domingo, 2 de diciembre de 2007

Permiso para pensar sólo en la victoria



A ver los amigos de las comparaciones odiosas si hoy siguen esgrimiendo la tabla clasificatoria de la temporada pasada. Si lo hiciesen verían que sólo un puesto nos separa, en la jornada 14, de aquel equipo de Luccin y Costinha, pero hoy ya nadie puede decir que este Atleti es más de lo mismo.

Y no pueden decirlo porque este Atleti cuenta con once jugadores que saltan al terreno de juego con permiso para pensar sólo en ganar. Lo hacen con florituras y filigranas (y también con errores fruto de ese juego ofensivo, claro) en el Calderón y con un juego más práctico, menos preciosista, fuera de su feudo.

Lo hacen, como ayer, ante un Betis, que no dudó en frenar con patadas a Reyes y a Agüero y que con más fe que técnica demostró sobre el campo que aunque en la liga española no hay Aberdeens, presenta pocos argumentos que inviten a pensar que no estará en segunda el próximo año.

Y estos partidos, en los que ese Atleti de la 06/07 regaló tantos puntos, hoy son para sumar tres, escalar posiciones y seguir mejorando.
Mejoró el Atleti en todas sus líneas: Con un Leo Franco seguro por arriba, protagonista con sus dos paradones en la única ocasión clara del rival y al que lo único que puedo reprocharle es que tarde tanto en sacar cuando los rivales acechan. Que sí que sus nervios son de acero, pero los míos no y en una de éstas acaba recogiendo el balón de la portería o acabo yo… con las existencias de tila del Carrefour.

Mejoró la defensa que aunque salió a tarjeta por barba, mantuvo la portería a cero y hasta Eller (tres semanas ya con el mismo peinado) estuvo fino y serio. El más flojo volvió a ser Antonio López que jugó en una banda que no era la suya y que, al final, supo mantenerse en el campo cuando todo parecía indicar que tomaría el camino de la ducha antes de tiempo.

El centro del campo sigue gustándome: con Maniche ofreciéndose, Raúl peleando (bien por su gol, que me devolvió al sillón tras cientos de metros recorridos por el pasillo) y con Motta muy bien de nuevo, dando pases de calidad y quitándole de las botas a Sobis el que hubiera sido el gol del empate. En las bandas Maxi, ayer algo más gris, y Reyes que luchó y lo intentó desde el primer minuto del partido.

Y arriba no mejoraron… pocas posibilidades tienen de hacerlo, ya que su tónica es la misma jornada tras jornada. Sin altibajos. Ayer Forlán y Agüero volvieron a demostrar que son como un matrimonio en régimen de gananciales, poco importa quien da el pase o quien lo remata, su Visa la tienen reventona. Contra el Betis fue el uruguayo el que mojó y el Kun el que se la puso para que lo hiciese.

Y eso fue todo, señores. El Atleti, repito, salió ayer con once jugadores que tienen permiso para pensar sólo en ganar y, aunque perdió fuelle en algunos momentos, se trajo a Madrid la victoria, el puesto en Champions y un optimismo que nos hace estudiar el calendario cercano ante Getafe, Huelva, Espanyol y A Coruña con ceja enarcada y una sonrisa.